España cayó con honores en San Siro. Lo hizo en un partido que tuvo dos partes bien diferenciadas: una en la que no pasó absolutamente nada y que llegó más allá del descanso; y una segunda, inferior al segundo tiempo, en la que pasó de todo.
La tónica del primer tiempo fue la que ya se podía intuir. España se hizo pronto con la pelota en una posesión que no fue tan estéril como otras veces. No lo fue porque le sirvió a los de Luis Enrique para defenderse, contra el dominio impotente de otras veces ante un rival rocoso y encerrado desde el día anterior.
El peligro de Francia recaía en un tridente que es envidia del mundo entero. Y en un Pogba, un Theo y una filosofía que para unos es cobarde y para otros, simplemente efectiva. Esta no es otra que la de correr. El contragolpe como única arma. Y ya le ha valido a Deschamps para levantar un Mundial y una Liga de Naciones.
El primer enfado de los españoles con el arbitraje llegó en el 31'. Fue la primera vez que el partido rompió su guion plano y apto para cardíacos. Un centro desde la izquierda de Rodri golpeó claramente en el brazo de Koundé. Pero, al parecer, el reglamento admite esas manos como válidas. Aunque la traca potente estaba guardada para el final.
Aparcando la polémica de momento, fue Marcos Alonso en el 36' el que dejó el primer 'uy' en el partido. Lo intentó de falta el del Chelsea desde la frontal, pero la bola cogió demasiado efecto y se marchó fuera antes de llegar al palo de Lloris.
España no sabía hacerle daño a Francia arriba. Y Francia no quería probar suerte tan pronto. Esa fue la sensación en el primer tiempo. Los tres centrales que dispuso Deschamps eran demasiada barrera para un pluriempleado Oyarzabal que, a la vez, tenía que ser referencia en ataque y organizador del juego. Ferran Torres, que llegó a tiempo para el choque, y Sarabia no se encontraron en esos ataques dinámicos de otras ocasiones.
El descanso llegó con la lesión de Varane y con un claro resumen: más respeto que ocasiones. Pero todo, todo, todo estaba reservado para el segundo acto.
El otro España-Francia
En el minuto 53, se dieron los ingredientes necesarios para que ambos equipos pudiesen hacerle daño al portero rival. Y fue aquí cuando empezó el otro España-Francia. Upamecano, que entró por Varane, confirmó las sospechas de que es más marketing que central. La mayoría de ocasiones de España llegaron por errores del defensa del Bayern de Múnich.
Francia falló atrás y Sarabia se hizo con la bola, pero su centro no encontró rematador. Oyarzabal llegó antes y Ferran, tarde. Acto seguido, fue Francia la que encontró su salvoconducto. Un contragolpe pilló en paños menores a 'la Roja', y Marcos Alonso tuvo que mandar a córner con una gran estirada un pase más que peligroso de Pavard al área.
Fue el aperitivo a la cascada de ocasiones. En el 64', la inauguró Theo con un trallazo al larguero en (sorpresa) otro contrataque y tras pase de Mbappé. Y cosas del fútbol, acto seguido España se adelantó en el marcador. Oyarzabal se aprovechó de un error (otra sorpresa) de Upamecano, se llevó la bola a trompicones y definió a la perfección pese a estar escorado ante Lloris. Balón al segundo palo y 1-0 en el 65'.
No dio tiempo a analizar cómo le sentó el gol a ambas selecciones. Porque Benzema, tocado con una varita, firmó un golazo en el minuto 66 para devolver las tablas al luminoso. Se sacó un derechazo antológico desde el pico del área que, pese al vuelo de Unai Simón, acabó alojado en la escuadra. A empezar de nuevo.
El sinsentido del reglamento
Lejos de usar como excusa el arbitraje, hay que admitir la superioridad de Francia tras el 1-1. El intercambio de golpes le sentó mejor a los galos, que pudieron hacer el 1-2 un minuto después. España se libró, ya que la bola le cayó en la espalda a Mbappé cuando este se desmarcaba a la velocidad de la luz (y de cómo sube) para encarar a Unai Simón. Rectificó y lanzó una vaselina que se fue por poco por encima del larguero.
Antes de la traca final, Mbappé finalizó con un mal tiro un contragolpe de Francia y Rodri, poco después, probó suerte con un tiro que acabó en córner tras dar en un defensa. El partido parecía encaminarse hacia la prórroga, aunque los galos daba sensación de mayor comodidad con este escenario.
Fue entonces cuando llegó el 1-2. Eric García había ganado a Mbappé alguna carrera en la primera parte y se había mostrado seguro. Eso no se le puede negar, pero, una vez más, salió en la foto. En la mala de España. Será casualidad. O no lo será. Pero su nombre volvió a estar ligado con un fallo atrás de 'la Roja'. Aunque el sinsentido del reglamento lo hizo aún peor.
Mbappé recibió de Theo en claro fuera de juego. Le había ganado la espalda a Eric, pero estaba adelantado. El central del Barcelona se quedó a medio camino entre la marca y el despeje, lo que condenó a España. Fue al suelo para intentar cortar el pase y tocó levemente la bola, lo que, según la norma, habilita al delantero. Quizá no se pueda hablar de robo con la ley en la mano, aunque quepa la interpretación también errónea de los colegiados. Pero sí que se puede y se debe dudar del sentido de la misma, ya que benefició al infractor y perjudicó a un defensa que, forzado precisamente por un rival en fuera de juego, intentó hacer su trabajo.
El mazazo mató pero no remató a España. Luis Enrique, que había metido antes a Yéremy Pino, recurrió a Fornals y Mikel Merino y 'la Roja' murió en la orilla y con las botas puestas. En el 88', otro error de Upamecano le dio una opción a Oyarzabal, que empaló de primeras para que Lloris sacase una gran mano. Sacaría una segunda, ya en el añadido, al remate de Yéremy Pino en un córner para salvar a su equipo.
España se despide del título, pero sigue sembrando y regando unas semillas que todos esperan que se conviertan en cosecha en el Mundial. Luis Enrique se quedó sin su primera corona, pero es posible que haya ganado adeptos en las últimas semanas de cara a un futuro prometedor de la Selección.