España intentó empezar de buena forma su andadura en la fase de clasificación para el Mundial 2022, pero se topó con una Grecia muy defensiva. De hecho, los helenos rascaron un empate (1-1).
Íñigo Martínez tuvo parte de culpa, ya que un inoportuno resbalón privó a 'la Roja' de la victoria. Le clavó los tacos en la rodilla a un rival y los visitantes lograron su propósito.
Tras el partido, el zaguero lamentó profundamente esa acción: "El penalti es una acción puntual y lo pagas caro. No me voy nada contento. El empate nos sabe muy a poco. Con VAR el resultado hubiera sido diferente. Es un balón dividido y no puedo frenar. Intento quitar la pierna. El rival fue listo y se quedó en el suelo. Lo que es raro es que haya pitado a los seis segundos".
Por último, el vasco analizó el partido y volvió a admitir su culpa en la acción de la pena máxima. "El penalti es clave en este empate. Lo pagamos caro. Nos tenemos que levantar de esta y seguir adelante", concluyó.