Icardi empezó a llamar la atención en el fútbol italiano en 2010 cuando, con 18 años, ya brillaba en el segundo equipo de la Sampdoria. Al año siguiente dio el paso a la primera plantilla y sólo pasó una temporada hasta que el Inter decidió ponerle encima de la mesa grandes planes de futuro.
El argentino, con 19 años, no rechazó la oportunidad e hizo borrón y cuenta nueva. La afición de la Sampdoria se molestó, se sentía abandonada, e Icardi empezó a convertirse en la estrella de un Inter en construcción. Actualmente vive su sexta temporada como 'neroazzurro' y no guarda una buena relación con el que fue su equipo.
Además de haber convertido a la Sampdoria en su víctima favorita (le ha anotado 11 goles en 10 partidos), Icardi ha dejado claro que el amor que no guarda demasiado amor por los que fueron sus colores.
Buen ejemplo de ello dio en el último partido de Serie A en el que se vieron las caras. El Inter visitó, como hace este sábado, a la Sampdoria y acabó goleando 0-5, siendo cuatro de los goles del propio Mauro. Con su rival cabizbajo, el delantero no cesó en su misión de marcar pese a la goleada y molestó que celebrara todos los goles y no pidiera perdón, como se acostumbra a hacer cuando un jugador anota frente a su ex equipo. Del primero al cuarto, Icardi festejó efusivamente todos los goles... y ese recuerdo seguirá presente en la memoria de los que un día fueron sus aficionados.