Hasta siete cambios hizo Robert Moreno para sellar el pase como una de las mejores selecciones clasicadas para la Eurocopa. Antes de que comenzara el encuentro saltó la noticia de que el actual seleccionador podría no estar en el torneo europeo. Luis Enrique parece aproximarse de nuevo al banquillo.
Para despedirse -o no- el técnico vio cómo España tocaba y bailaba sobre el césped del Metropolitano. Cada jugada era una estrofa compuesta de peligro y efectividad. La pluma y el balón iba de pie en pie con un porcentaje de posesión de más del 70%. Un show con muy pocos peros, pero sí algún que otro despiste defensivo que provocó una mano salvadora de Kepa. Imposible hacerlo perfecto, aunque lo rozaron.
Con un gol anulado y un disparo al larguero presentó España sus primeras cartas. El primer gol no tardó en llegar porque Carvajal firmó una volea que Tatarusanu no pudo atajar y el balón quedó muerto en los pies de Fabián. El del Nápoles fue uno de los que llevó la batuta y no falló.
Gerard Moreno empezó a redactar lo que fue una noche mágica, en la que puso su nombre como uno de los candidatos serios a ir a la Eurocopa. Falló la primera, no tuvo piedad a la segunda.
Coman pidió un penalti que no le concedió el árbitro antes de que el delantero del Villarreal girara la cabeza para colocar el balón allí donde no pudo llegar Tatarusanu. Remate impecable al palo largo.
Fue un monólogo con una rima tras otra, y es que Rumanía se limitó a escuchar porque no pudo alzar la voz para hacer callar a una España descarada y con fútbol para regalar.
Gayà se desfondó, se la dio a Gerard Moreno y este se metió el doblete en el bolsillo cuando ya tocaban los tambores del final de la primera parte. El propio ariete redondeó su actuación cuando intentó regalarle el tanto a Morata, ya que Rus metió la pierna y el despeje se convirtió en un gol en contra.
Con el baño dado y los deberes hechos se fueron los futbolistas a los vestuarios para dar paso a una segunda mitad de puro trámite y de un dominio menor de España. Rumanía, por orgullo, metió una marcha más.
Aprovechó Robert Moreno para hacer cambios, al igual que Rumanía. Con solo dos tiros a puerta se fue el conjunto rumano del Metropolitano con un severo correctivo dado y un 28% de posesión.
Hagi, una de las estrellas, hasta se fue pitado en un partido para olvidar. Saúl tuvo el quinto en sus botas, pero para la 'manita' y un cierre espectacular a la clasificación estuvo Oyazarzabal.
Le dejaron la alfombra roja puesta al borde del área y con un disparo colocado batió a Tatarusanu, poniéndole el punto y final al poema, a la clasificación y, casi seguro, a la etapa de Robert Moreno.