España se va a San Petersburgo en montaña rusa. El suspense, los errores y los goles se adueñaron de un partido que supuso el pase a unos cuartos de final más saboreados aún tras lo que se vio en el Parken de Copenhague.
Arrancó el partido con el guion esperado. Aunque había cierta duda sobre si el nivel de Croacia cambiaría los planes de dominio de España. Hasta ahora, los rivales le regalaron la bola y dejaron clara desde el principio su pasividad ofensiva. Y Croacia empezó cumpliendo el mismo plan.
España tocó sin demasiada oposición en tres cuartos de campo. Luis Enrique dejó en el banquillo a Gerard Moreno. Fueron Sarabia y Ferran Torres los que ocuparon las bandas, pero ni ellos ni Morata acapararon las primeras ocasiones. Fue Koke el que pudo rematar una dejada de Ferran en el área, pero la bola se le quedó ligeramente atrás. Dos minutos más tarde, el del Atlético puso una falta que cabeceó tímidamente Azpilicueta.
Pasaban los minutos y Croacia renunciaba a cualquier tipo de ataque. 'La Roja' seguía arrinconando a su rival y Sarabia, en el 13', rozó el gol. Taconazo de Morata hacia atrás y disparo del jugador del PSG al lateral de la red. En el 16', llegó la gran primera clara ocasión. Koke se quedó solo ante Livakovic, pero su remate fue realmente malo. El meta sacó el pie y salvó el 0-1 sin demasiado mérito.
Unai y la cuesta abajo de la montaña rusa
Nadie podía imaginar que cuatro minutos más tarde, el 1-0 iba a lucir en el Parken. Pedri cedió un balón desde el centro del campo a Unai Simón que acabó en el fondo de la portería. El portero parecía pensar más en qué hacer con el esférico antes que en, primero, hacerlo suyo. Se le escapó. Gol de Croacia y a remar a contracorriente.
Le sentó a España el gol profundamente mal. Croacia se creció y agobió a 'la Roja' durante unos 10-15 minutos en los que rozó algún que otro gol más. Vlasic disparó al lateral de la red ante un Éric García que tuvo una tarde para olvidar. Y Kovacic, en el 26', se sacó un latigazo que se fue por encima del larguero.
Pero con la llegada de la media hora de juego, España reaccionó. Respiró dos veces y volvió a las andadas. Se hizo con el balón y buscó a un equipo que se quitó el disfraz de lobo para volver a mantenerse ordenadito en la manada cual cordero.
Otra vez Sarabia
Y fruto de esa mejoría llegó el gol de Sarabia. De nuevo él, el mejor ante Eslovaquia y una de las sorpresas en los dos últimos onces de Luis Enrique. El del PSG definió con acierto tras una larga jugada de ataque. Livakovic sacó una gran mano al tiro de Gayà, la gran novedad del once, y Sarabia remachó, con roce en un rival incluido, con la zurda para poner el empate. Modric echó una buena bronca a Rebic, que no anduvo presente en la jugada por estar más pendiente de sus botas.
Si la reacción de los de Luis Enrique ya había aparecido, el gol la reforzó. España volvió a dominar de forma descarada y las bandas fueron dos autopistas por la que entraban los Ferran, Sarabia, Azpilicueta y Gayà.
Antes del descanso, Koke mandó un derechazo fuera desde la frontal y Morata resolvió desde la frontal una gran combinación de la Selección con un derechazo alto. Entre medias, Unai Simón empezó a resarcirse al salir a tiempo del área y despejar un pase profundo y peligroso.
Azpilicueta y Ferran parecían sentenciar...
En la segunda parte, todo parecía ceñirse al guion lógico. Y al deseado por los españoles. 13 minutos tardaron los de Luis Enrique en comenzar a encarrillar un triunfo que, eso sí, tendría que esperar muchos más minutos para ser real.
Fue Azpilicueta el encargado de hacer subir el 1-2 al marcador. Ferran Torres centró desde la izquierda al área, al corazón de la misma, donde el del Chelsea puso la cabeza para batir a Livakovic.
Se estiró obligadamente Croacia y Unai tuvo que aparecer en algún disparo tímido de Rebic. Más decisivo fue el portero en un tiro de Gvardiol tras una pérdida casi suicida de España atrás. Sacó el tiro casi a bocajarro del defensa con una buena respuesta. Empezaba a ganarse el perdón.
Tras un gol anulado a Morata, Ferran parecía poner la sentencia en el marcador. El del City demostró que está casado con el gol y definió con la zurda ante Livakovic un gran pase de Pau Torres, que remplazó a Éric García. El central fue pillo, sacó rápido desde campo propio y pilló a Gvardiol bebiendo agua sobre el césped. Tiró la botella y salió corriendo a por Ferran, pero no evitaría el tanto.
... pero Croacia tenía otros planes
Pero las risas y las alegrías fueron incredulidad y desesperación en solo unos minutos. Dani Olmo falló una clara ocasión por intentar una vaselina que le sacó Livakovic. El pobre jugador ni se imaginaba que, poco después, el 3-3 luciría en el marcador.
Orsic fue un gran revulsivo que acabó forzando la prórroga con un gol y una asistencia. En el 85', remachó un barullo en el área para hacer subir el 2-3 al luminoso tras el aviso del reloj de Çakir. Despejó la defensa su remate, pero ya dentro de la portería.
Se volcó Croacia, algo esperado. Pero no lo fue tanto que España diese una imagen de blanda, débil e infantil atrás. Y fruto de ello y del buen trabajo de incordio de Budimir llegó el 3-3 en el añadido. Orsic asistió desde la izquierda y Pasalic entró completamente solo en el área para cabecear al fondo de la red. Empate, incredulidad y 30 minutos extras por delante para arreglarlo.
Indultos para Unai y Morata
Alfred Hitchcock, el padre del suspense, estaría orgulloso del final de los 90 minutos. Pero más emocionado se quedaría con la prórroga. Unai y Morata, uno criticado hoy y otro durante todo el torneo, firmaron su indulto a lo grande en una primera parte de la prórroga decisiva.
El portero salvó un gol cantado en el arranque del alargue. Empezó mucho mejor Croacia. Orsic tiró alto desde la frontal antes de colarse por la izquierda y poner un balón más que apatecible en el área. Pero Kramaric se topó con el acierto de Unai a quemarropa.
Esto espoléo a España, que encontró en el gol de Morata un alivio buscado, merecido y muy caro. Costó llegar hasta él, pero la espera mereció la pena. El '7' recuperó la sonrisa al bajar un gran balón de Olmo con la derecha y batir al meta croata con un zapatazo con la izquierda. 3-4 y toda España celebrando en el vagón de la montaña rusa del Parken.
Justo antes del descanso de la prórroga, Oyarzabal sentenció con el 3-5. El de la Real Sociedad definió con suspense y acierto otro pase de Olmo y dejó la segunda parte del tiempo extra en un baño de posesión y posibles sextos goles que no llegaron al final.