Salió mejor el Cádiz al verde en los primeros compases del encuentro. Dominaba mayormente el esférico y llevaba a cabo ataques rápidos sirviéndose, mayormente, de las bandas. Ello valió para generar una primera ocasión de peligro obra de Perea, al que le faltó velocidad para finalizar la jugada.
Sus rivales no eran capaces de acercarse demasiado a la portería local. La mayoría de sus intentonas eran desde lejos y, en este contexto, Alcalá se marcó en propia meta después de un potente disparo de Perea desde la parte izquierda del área que defendía Juan Carlos. Su deseo era desviar el chut, pero lo mandó a su red.
Desde entonces, los de Unzué se prepararon para buscar el empate y estuvieron por encima. No renunciaron sus contrincantes a crear oportunidades cuando podían, pero los albirrojos eran superiores. La mejor opción para marcar gol la tuvo Borja García tras un delicioso pase de Samu Sáiz, pero un defensor se interpuso entre el tiro y la meta.
La charla de Unzué fue efectiva en la pausa, pues los suyos salieron con fuerzas renovadas al segundo acto y dominaron el juego casi al completo. Una triple ocasión perpetrada por Borja García y Stuani pudo significar el tanto del empate, pero no hubo suerte. Sáiz también probó fortuna y Perea dio la réplica de falta.
Hubo que esperar 14 minutos más desde la de Perea para presenciar la siguiente ocasión clara, que estuvo en la testa de Caye. El '11' llegó desde atrás a rematar un mal despeje de la zaga amarilla y se le fue la pelota por encima del travesaño por muy poco.
La tónica en la recta final del partido fue la misma: los albirrojos persistieron en sus intentos de lograr la igualada y la defensa contraria, impulsada por su ímpetu de mantener su racha de triunfos, se mantuvo inflexible. Además, la expulsión de Stuani por doble amarilla facilitó las cosas para que los cadistas ganaran e incluso firmaran la sentencia por obra de Álex. Un cierre redondo para dedicárselo a Manolito Santander.