El pinchazo ante el Slavia en Champions generó mucha polémica en un Barça que no termina de arrancar, con una jugada especialmente comentada.
Y es que en un ataque peligroso, Griezmann, abierto a su izquierda, le pidió la pelota a Messi, pero el astro decidió jugársela en solitario.
Ante el Celta, este sábado, se dio una acción muy similar en un ataque azulgrana, pero esta vez Leo cambió de opinión.
Al contrario que contra el Slavia (acción que acabó en el poste), Messi decidió abrir el esférico a Griezmann.
El '17' controló y armó el zurdazo, pero lo mandó directamente contra el guardameta para deseperación suya y de la grada.