Hace 14 años, el Rotherham United se mudó. Tenía problemas con Ken Booth, el dueño de los terrenos en los que se levantaba su tradicional Millmoor, así que empezó a trabajar en alternativas. La presidencia encontró una oportunidad ideal en los terrenos sobre los que, antes, se podían vislumbrar las obras de la Guest and Chrimes Foundry Limited, una antigua empresa a la que el actual estadio debe su origen.
Ya han pasado muchos años desde que la compañía no opera y es comprensible: se dedicaba a productos de transmisión de fluidos y su especialidad eran las bocas de incendio. En concreto, las que se suelen ver en las calles de Nueva York. Los acuerdos entre la ciudad norteamericana y esta matriz eran constantes para proveer a la Gran Manzana de agua suficiente para que sus bomberos siempre contaran con recursos en fin de sofocar emergencias.
No solo los neoyorquinos eran clientes, sino localidades de todo el planeta. De hecho, las bocas de incendio esconden todo un submundo si uno indaga en ellas. Las hay de distintos tipos, desde las 'O'Brien Style' hasta las 'Dresser 500', con un total de alrededor de 3.000 variedades. Las de mayor enjundia unas décadas atrás eran las de orillas del río Hudson, que hacían acaudaladas las arcas de Guest and Chrimes Foundry Limited.
Para mayor coincidencia con la palabra "York", las naves de la empresa se hallaban en Yorkshire del Sur, pero ya no queda ni rastro de ellas. En 2010, se autorizaron las obras por las que sus deterioradas paredes se echaron abajo para la confección del estadio del Rotherham United, que preguntó a sus aficionados si les gustaba, como nombre, New York Stadium, The Foundry o The Waterfront Stadium. Nada de patrocinios: tres señas con trazas de historia se enfrentaron y ganó la que conecta suelo británico con Estados Unidos.
Así, entre la cercanía de Yorkshire con las bocas de incendio de Nueva York y las posibilidades de inversión externa que detectó la directiva, el club bautizó su hogar. Tony Stewart, su máximo mandatario, siempre ha visto bien llamar la atención de Norteamérica para alicatar sus presupuestos. El problema es que, en la actualidad, los suyos son colistas, así que no atraen demasiado las miradas de los magnates del otro lado del 'Charco'.
Hay más: en el partido de esta noche contra el Plymouth Argyle, se juegan la vida. La ecuación es simple: o ganan o estarán matemáticamente descendidos a Tercera. La diferencia con los visitantes es de 18 puntos y son justamente ellos los peor clasificados de entre los que salvarían la categoría de acabar el Championship tal y como está. Si algo del espíritu de una compañía que hasta patentó grabadoras queda bajo suelo, será mejor que salga a relucir. El Rotherham necesita apagar un fuego.
April 5, 2024