La derrota en el 'Clásico' ante el Real Madrid ha desatado el estado de alarma en un FC Barcelona que atraviesa el primer momento tenso de la 'era Koeman'. Su rival era el que llegaba más necesitado al duelo, pero el resultado ha trasladado la crisis a la Ciudad Condal.
Pese a estar en los primeros compases de la temporada, la situación es de lo más delicada en un Barça que viene de un curso de lo más convulso y que, para su desgracia, tiene frentes abiertos a todos los niveles, tanto institucional como deportivo.
En el segundo de los casos, el que lo magnifica todo, el cuadro catalán acumula ya tres pinchazos consecutivos en LaLiga, una competición que hasta la campaña pasada había dominado casi de manera dictatorial durante la última década.
El empate ante el Sevilla y la doble derrota frente a dos de los equipos madrileños (Getafe y Real Madrid) ha hecho que el foco de la crítica se instale sobre un conjunto que no está rindiendo ni a nivel colectivo ni a nivel individual.
Lo primero es hasta comprensible si se tiene en cuenta que ha llegado un nuevo técnico que ha puesto en liza un esquema totalmente diferente al usado por el club desde hace muchos años (4-2-3-1 por el clásico 4-3-3), pero lo segundo chirría demasiado.
Jugadores como Busquets, Griezmann o Lenglet se encuentran a un nivel muy alejado de lo que deberían ser sus prestaciones. Y, pese a que pueda ser un tema tabú, Leo Messi también es una caricatura de lo que fue en estos momentos.
El astro argentino no es el mismo desde que la pandemia del coronavirus detuvo la pasada campaña en el tramo final y, tras el 'show' veraniego con el famoso burofax, su aportación e importancia sobre el campo a nivel de logros y resultados se ha visto tremendamente mermada.
Por si esto no fuera poco, en el palco del Camp Nou se viven días decisivos. Pese a que en un principio parecía decidido a seguir, las circunstancias hacen que el puesto de Josep Maria Bartomeu como presidente del club esté más en el aire que nunca.
De hecho, las últimas informaciones apuntan a que el mandatario está dispuesto a dimitir si la Generalitat de Catalunya permite finalmente que el voto de censura en su contra se celebre los próximos 1 y 2 de noviembre pese al actual avance del COVID-19.
Dicha decisión podría llegar este mismo lunes 26 de octubre, solo dos días después del 'Clásico' y a solo otro par de fechas de un compromiso clave de Champions frente a la Juventus en Turín. Una crisis con todas las de la ley.