Se antojaba un partido difícil para los de López Muñiz en La Rosaleda. El Albacete visitaba tierras andaluzas en un buen estado de forma y el Málaga contaba con las bajas de Munir y N'Diaye, dos piezas vitales hasta ahora.
El penalti de Pau Torres sobre Zozulya, transformado por Béla, complicaba todavía más las cosas para los locales, que tuvieron que remar de lo lindo para hacer sufrir a su rival.
Una jugada a balón parado, con cierta indecisión defensiva, hizo que el esférico acabara al segundo palo, donde Blanco Leschuk pudo rematar a placer para empatar el encuentro.
Solo le bastaron otros tres minutos para hacer rugir a La Rosaleda. Después de un rachace de Tomeu Nadal, el robote le cayó también al argentino, que remató casi a puerta vacía para poner el 2-1 en el electrónico. Reacción de líder.