Como norma general, el fútbol europeo no es exportador de futbolistas a otros continentes. Sólo Estados Unidos, y últimamente algunas ligas asiáticas, por cuestiones económicas, reciben a un número destacado de futbolistas europeos en sus clubes.
África no es una excepción en este sentido. Mientras que en las ligas europeas está muy normalizado ver a jugadores africanos, son muy pocos los jugadores europeos que juegan en ligas africanas.
Argelia: la Ligue 1 de África
La Liga Argelina la que más europeos da cobijo de toda África. Son doce los futbolistas del viejo continente que compiten en clubes argelinos. El dato curioso salta a la vista al observar la procedencia de estos doce futbolistas.
Todos ellos tiene nacionalidad francesa, y además de origen argelino, bien por haber nacido en Argelia y tener la doble nacionalidad, o bien por ascendencia directa. Destaca el club CS Constantine que cuenta con cuatro futbolistas de nacionalidad francesa.
Alguno, como el caso de Meghni, han llegado a jugar en equipos importantes de Europa. En concreto, el veterano centrocampista de 33 años que milita en el Constantine jugó varias temporadas en Italia entre el Bolonia y Lazio.
Cabe destacar la estrecha relación que históricamente ha existido entre Argelia y Francia, que podría ser la explicación lógica al trasvase de futbolistas de un país a otro.
En el norte de África, como en casa
Además de Argelia, son los países del norte de África que miran al mediterráneo los que acogen futbolistas europeos. Entre Marruecos, Egipto y Túnez se reparten el resto de estos futbolistas.
En Egipto encontramos tan solo a dos: Najdenov y Éric Assati. El primero es macedonio y defiende la camiseta del Smouha, mientras que el segundo es también francés y juega para el Tanta. El francés es un veteranísimo defensa de 43 años.
Jugó seis temporadas en el Auxerre francés, con el que llegó a disputar algún que otro partido de Champions League. En 2003 se retiró del fútbol y 13 años después ha decidio descolgar las botas en Marruecos.
Otros dos franceses, un irlandés y dos alemanes se encuentran jugando la Liga Tunecina. Todos ellos tienen lazos de sangre árabes, lo cual explicaría que hayan terminado en Túnez. El único con una carrera deportiva destacable es Ben-Hatira que posee nacionalidad alemana.
Este centrocampista de 29 años se formó en las categorías inferiores del Hamburgo, y con 24 años fichó por el Hertha Berlín. Jugó siete temporadas en Alemania en distintos clubes, y llegó a debutar con la Sub 21, aunque finalmente se decantó por la Selección de Túnez absoluta con la que ha disputado 5 partidos.
Mucho más internacional se presenta la Botola Pro de Marruecos, donde se ecuentran hasta cinco nacionalidades europeas. La realidad es que dichos jugadores europeos los son en su gran mayoría, al obtener la doble nacionalidad, pero en pocos casos son nacidos en territorio europeo.
Al otro lado del mundo
Sudáfrica es el país más meridional de África, y hasta allí hay que trasladarse para encontrar a los europeos que más lejos juegan de sus países originarios. El más destacado por su juego y su trayectoria es el austríaco Roland Putsche.
Roland juega en el Cape Town City como centrocampista y es una de las estrellas de la liga. Putsche cuenta con experiencia en la Bundesliga austríaca y en la fase previa de la Europa League, cuando militaba en el Wolfsberger.
Además del austríaco, dos ingleses, un alemán, un serbio y otro francés completan la nómina de europeos en Sudáfrica, todos ellos sin experiencia en competiciones de relevancia, ni internacionalidades a sus espaldas.
La presencia europea en el fútbol africano se limita, básicamente, a jugadores con doble nacionalidad y ascendencia africana que, gracias a las facilidades del idioma y culturales, encuentran acomodo en países africanos de la zona norte, principalmente.