El conjunto napolitano nació en 2009 con el objetivo claro de luchar contra la discriminación y favorecer una convivencia en armonía entre los italianos y los inmigrantes. Unos valores excelentes que han chocado de lleno con las últimas acciones de su capitana.
Y es que Tatty Astarita anunció su candidatura para el ayuntamiento de Marano enrolándose en un movimiento que apoya las políticas de Matteo Salvini, Ministro del Interior italiano conocido por su xenofobia.
El Afro-Napoli pidió a la jugadora que diera un paso a un lado y no siguiera por esa vía, algo a lo que ella se negó rotundamente. Ante esto, el club decidió cortar por lo sano y expulsarla del equipo.
Las compañeras de Astarita recibieron muy mal esta noticia y se amotinaron contra los dirigentes, no saliendo a disputar uno de los partidos programados, lo que ha hecho que el club esté pensando clausurar su sección femenina.
Una muestra más, y ya van bastantes en los últimos años, de que las cosas solo pueden salir mal al mezclar política y deporte.