La hija de Óscar García falleció después de una dura batalla contra una enfermedad que había salido a la luz en la etapa del entrenador en el Celta de Vigo. Tuvo que ausentarse de sus labores para atender a su familia y, gracias a mensajes que él mismo publicó en las redes sociales, se pudo conocer la naturaleza de que necesitara tiempo para asuntos personales. También es él mismo quien confirmó, a través de su perfil de Instagram, la muerte de su hija.
"Vuela alto, amor mío", escribió junto a una imagen en la que aparece llevándola 'a caballito'. Sus allegados llenaron la caja de comentarios con mensajes de cariño entre los que se pudo distinguir incluso la presencia de Jordi Cruyff, uno de los profesionales que más se han entendido con él a lo largo de su carrera. Es quien le llevó al Maccabi Tel Aviv en su primera experiencia tras dejar las categorías inferiores del Barcelona.
El Celta también se expresó para mandar sus "condolencias de parte de toda la familia celtista". Por el cariño que se le tomó en Balaídos, el estratega recibió decenas de muestras de cariño de los aficionados del conjunto celeste, que, ahora, vaga los puestos de alrededor de la zona de descenso en búsqueda de certificar la permanencia. En la actualidad, solo un punto lo separa del Sevilla, primero en 'zona roja'.
La experiencia más reciente de Óscar García en los banquillos se dio en el Rennes, de la Ligue 1, de donde fue destituido este mismo año, en octubre, por una mala racha de resultados. Ahora, eso sí, el apartado deportivo es el menos importante. Afrontará lo que queda de 2022 más cerca de los suyos que nunca y, desee lo que desee hacer en 2023, lo hará sin olvidar la ejemplar lucha de su hija.