El Celta tenía la permanencia en la mano. Dominó y tuvo las mejores ocasiones, pero tuvo miedo a ganar, se echó hacia atrás y llegó un error defensivo que propició el empate de Feddal.
Fue un empate, el visto en Balaídos, que no contenta a nadie. Ni al Betis, que pese a verse por detrás sigue sin dejar una gran imagen, ni el Celta, que todavía no puede sellar su permanencia virtual.
El Celta se adelantó en el encuentro gracias a una genialidad de Nolito y un doble error de Joel. El primero, al sacar la pelota jugada y regalarle el balón a Aspas, que forzó la falta. La segunda, al no colocar bien su barrera y permitir que Nolito marcase por su palo en una falta lateral.
Dominó el Celta durante la primera mitad. Se le notaba con más hambre y necesidad de conseguir unos tres puntos que finalmente no se quedaría nadie. Así lo transmitió Óscar con un once muy ofensivo pero poca construcción en el centro del campo.
Los cambios, en la segunda mitad, entorpecieron el juego del Celta. No estuvo acertado Óscar García, que vio cómo su equipo perdía el dominio del partido ante un Betis que tampoco encimaba con mucho peligro.
Llegó en la segunda mitad el protagonismo para el VAR. Primero con un penalti de Rafinha a Guardado que, tras revisión en el VAR y por González Fuertes en la tele, finalmente se retractó el colegiado para anular la pena máxima ante la incredulidad verdiblanca.
Fue el primer aviso de un Betis que aprovechó el descanso de Aspas y Nolito, cambiados a la vez, para marcar en un córner. Error de la defensa celeste, que dejó totalmente solo a un Feddal que no perdonó.
Parecían conformarse los dos equipos con el punto. Tanto el Betis como el Celta mostraron su miedo a perder y prefieron finalmente amarrar un punto y esperar una jornada más para festejar la permanencia.