El encuentro comenzó sin intensidad ni ganas por parte de ningún conjunto. Las primeras tomas de contacto duraron cerca de media hora y no se vio peligro alguno hasta dicho momento, en concreto, hasta que apareció Ibrahimovic.
El gigante sueco adelantó en el marcador a los 'red devils' con una vaselina acrobática desde fuera del área aprovechando un gran pase de Pogba... y una salida temeraria de Steckelenburg. El balón, antes de entrar, botó dos veces en torno a la línea de gol y se estrelló con el larguero primero y con el palo más tarde.
Zlatan firmó su diana particular cerca del descanso y, tras el paso por vesturarios, los de Mourinho mostraron una mejor cara, aunque tampoco dejaron ver un gran juego. Los delanteros, pese a mostrarse más activos, no cumplieron su parte, pero De Gea estuvo inconmensurable.
De hecho, el guardameta español se empleó desde el minuto 45, aferrándose con toda su fe a los tres puntos. Primero sacó una mano increíble para repeler un misilazo de Mirallas desde dentro del área, más tarde saltó lo justo para despejar un disparo picado de Gana que se dirigía a su escuadra derecha y, de últimas, atrapó, en dos tiempos, un cabezazo a bocajarro de Lukaku.
Entre la actuación estelar de De Gea se pudo ver un disparo al palo de Ander Herrera y alguna que otra jugada con más intensidad que peligro por parte de Ibrahimovic.
Fellaini decolora la actuación de De Gea
Rozando el minuto 85, Mourinho decidió dar entrada a Fellaini para sustituir a Mkhitaryan, quien no aprovechó, para nada, la oportunidad de su técnico. El centrocampista belga tardó sólo dos minutos en cometer un penalti un tanto innecesario sobre Valencia en una de las últimas subidas de su equipo.
El penalti, ejecutado por Baines, se besó las redes de un De Gea al que le faltaron unos pocos centímetros para despejar el disparo. El cancerbero se mereció pararlo para ponerle la guinda a una actuación sensacional, pero quien no lo mereció fue su gris equipo, que ya se encuentra a 13 puntos del liderato.