En esta Liga de las grandes desigualdades económicas, este Granada de Diego Martínez es un soplo de aire fresco. Los rojiblancos se instalaron en el liderato en esta décima jornada merced al aplazamiento del 'Clásico'. Otra cosa será en diciembre, cuando se juegue ese partido, pero hasta entonces, que al Granada le quiten lo bailado.
La fiesta no pudo ser completa en Los Cármenes, donde el Betis demostró que sigue en el purgatorio, al tiempo que Rubi se queda casi sin crédito. Todo pudo ser diferente para los verdiblancos, eso sí, si hubieran estado algo más acertados en la primera mitad.
A pesar del inicio impetuoso del Granada, el Betis acabó controlando el juego en un bronco primer acto en el que se mostraron hasta cinco tarjetas amarillas.
Javi García, Tello a la contra y sobre todo Guardado, en una buena llegada de Pedraza, tuvieron las mejores ocasiones para haber cambiado el sino del partido y quién sabe si también de su técnico.
Con el resultado inicial se llegó al descanso y Rubi y los suyos decidieron que hasta entonces, más allá del marcador, les había ido bien, por lo que siguieron con el mando. Loren saboreó el gol con una volea que se fue alta y Mandi tuvo la más clara del partido en un cabezazo que envió desviado cuando estaba completamente solo.
Y ya se sabe que, cuando un equipo está mal y perdona, lo acaba pagando. El Granada, que esperó agazapado su oportunidad, fue el caso opuesto. A los nazaríes les sale todo e iban a aprovechar un pase de Carlos Fernández a Vadillo para adelantarse y acariciar el liderato. No perdonó el atacante a su ex equipo en el mano a mano con Joel, en una acción que fue muy protestada por el Betis por una posible falta a Guardado que Mateu Lahoz no vio.
El éxtasis local estuvo a punto de llevar de la mano el segundo tanto, pero Azeez se topó con el palo y Carlos Fernández perdonó en el rechace, sin nadie en la portería, de manera inexplicable.
Quedaban 20 minutos y Diego Martínez y los suyos decidieron que era tiempo de guardar la ropa. El Granada se defendió desde entonces y, pese a que el Betis vivió en el balcón del área de Rui Silva, solo estuvo a punto de empatar en un lanzamiento a balón parado de Sergio Canales que se estrelló en el larguero.
Volaron los puntos para Rubi y los suyos una vez más en un partido en el que no fueron inferiores y el tiempo puede habérsele acabado al técnico catalán. Todo lo contrario que a Diego Martínez, que celebra con los suyos la fiesta de un liderato histórico para un recién ascendido y ya en la jornada 10.