La Copa Libertadores ya tiene finalistas. Un viejo rockero como es Flamengo, que repite cita tras la del año pasado y otro que quiere volver a coronarse como en más grande de Sudamérica como es Athletico Paranaense.
El 'Mengao' acudió al gran baile de Maracaná sin nervios, ya que el trabajo estaba prácticamente hecho. Sin embargo, las cosas se pudieron complicar mínimamente, aunque si cuentas en tu equipo con jugadores de la talla de De Arrascaeta o Pedro, tan solo puedes sentarte y disfrutar de lo que, casi con todas las letras, será una auténtica exhibición.
Y Flamengo no defraudó. Aunque como en toda buena obra, no siempre todo sale a pedir de boca. En el primer disparo a puerta, Vélez consiguió ver puerta y ponerse por delante en el marcador.
El conjunto local erró en la salida del esférico y tras un rápido contragolpe, Pratto culminó al segundo palo un excepcional centro de Jansón. Pero a los de Dorival Júnior no les temblaron las piernas, y poco a poco fueron arremetiendo contra la portería defendida por Burián.
Así, en los últimos instantes de la primera mitad, el 'Mengao' igualó la contienda. Y como no podía ser de otra forma, Pedro culminó su gran actuación con una nueva diana. El virtuoso atacante llegó hasta las 12 en tan solo 12 encuentros.
El comienzo del segundo acto no sorprendió a nadie. Nada más pisar el césped, De Arrascaeta pudo aumentar la abultada distancia, pero Burián salvó los muebles ante un despliegue de calidad del centrocampista francamente espectacular.
Vélez estaba completamente sumido en un pozo del que parecía casi imposible salir y Flamengo no se replanteó rebajar su intensidad y buscó el segundo con insistencia.
Tras varios encontronazos, que se saldaron con amarillas por parte del colegiado, el 'Mengao' quiso poner el punto y final a la actuación. Una vez más, Pedro sacó a relucir su amplia calidad y tras un caño al rival, dejó el balón muerto para que Marinho desde atrás fulminase a Burián y con ello todas las esperanzas del 'Fortín' de soñar con una remontada.
Las gradas de Maracaná eran una auténtica fiesta. Flamengo comenzó a gustarse y Vélez era un coladero atrás. La disposición del rtival hicieron presagiar una nueva goleada, pero el partido entró en su recta final con dos nombres claros de finalistas en la mente de todos los aficionados.
En el tiempo añadido, Pablo puso la guinda a una actuación casi perfecta. Sin embargo, unos milímetros privaron al central de redondear la fiesta. Con el pitido final, las alegrías y llantos se desataron. La historia de esta competición tiene una cuenta pendiente con Flamengo y el próximo 29 de octubre toda Sudamérica se paralizará en busca de su nuevo rey.