No debe sorprender que Brahim, una promesa de 19 años, haya sido el único fichaje del Real Madrid en el mercado de invierno (no se esperan más). Es la tónica de las últimas campañas. Un claro contraste con la política de club de hace no mucho.
De fichar galácticos más que consagrados ahora se observa una clara tendencia a apostar por joyas que se conviertan en las nuevas estrellas.
Únicamente en la campaña 12-13 se disparó un tanto el promedio, pues ascendió a casi 29 años.
Esta temporada, las siete incorporaciones, contandos las dos ventanas de fichajes, se sitúa en 21,14. Y habría sido mucho menor de no ser por el guardameta belga, que cuenta con 26 años, y de Mariano, que tiene uno menos. Aun así, tampoco son precisamente futbolistas veteranos.
Vinicius y Rodrygo (pese a que este no se ha incorporado aún), son el firme exponente de este giro de timón. Lunin, cedido al Leganés, ha soplado 19 velas, por las 23 de Odriozola.
La curva se ha acentuado más aún en las últimas tres temporadas. Tanto en la 16-17 como en la 17-18 la edad media se situó en 19,5. Y se conquistaron dos Ligas de Campeones, por lo que la política de club en ningún caso pareció errónea.
Si tienen continuidad y confirman todo el talento que atsoran en sus botas, el Real Madrid tendrá garantizada una gran plantilla para muchos años.