Empezaba la sobremesa y el presidente del club blanco ordenó a sus directivos marcharse del restaurante, tras una discusión con Miguel Ángel Gil Marín y Clemente Villaverde.
La comida transcurrió con normalidad y todos degustaron jamón ibérico, almejas, ensalada de tomate, merluza y asado, todo acompañado de un buen vino de Madrid. Todos menos Gil Marín, que se incorporó ya en la sobremesa porque había almorzado con los accionistas chinos de Wanda.
Florentino, entonces, empezó a criticar la postura que mantiene el Atlético en cuanto a la venta centralizada de los derechos televisivos, aprobada por mayoría en la Liga.
El director general deportivo del Atlético y el vicepresidente de la Liga contestaron a los reproches del presidente del Madrid, diciendo que todos los equipos estaban de acuerdo en la venta y reparto de los derechos para igualar fuerzas entre clubes.
Pero Florentino no cedió con sus argumentos y, cuando ya el debate se hizo insostenible, indicó a sus directivos que debían marcharse. Según fuentes próximas a la directiva blanca, el enfado del presidente era tal que estuvo a punto de no ir al Calderón a ver el partido pero fue convencido porque un feo así sería difícil de explicar luego.
Según directivos del Atlético, los madridistas se hubieran quedado para seguir con la sobremesa y la tertulia pero el presidente ordenó lo contrario.
No es la primera vez que Florentino discute con otros directivos en la comida previa a un partido. Ya ocurrió en agosto de 2014, con el presidente del Sevilla, José Castro, antes del partido de Supercopa en Cardiff entre ambos equipos. El motivo fue el mismo.
Las relaciones entre el Atlético y el Real Madrid son tensas y atraviesan su peor momento de la última década. Las razones son el enfrentamiento por los derechos televisivos y las dificultades que ponen los colchoneros para que los blancos fichen en su equipo.
El Atleti intentará que ninguna de sus estrellas acabe en el equipo blanco y, si no lo puede evitar, sería recibiendo la cláusula de rescisión más el IVA. Gil Marín trabjó intensamente para que ni Agüero, ni Falcao ni Forlán fichasen por el Madrid.
Oblak sonó este verano para la portería merengue y Florentino ya ha dejado caer que puede que su próximo objetivo sea Griezmann.