Para campeonar, hay que tener de todo. No vale con la calidad de los jugadores, algo que Francia tiene para parar un tren. Y Deschamps ha encontrado la fórmula de la cohesión grupal en una plantilla plagada de estrellas de primerísimo nivel. Victoria para empezar con buen pie el camino hacia el título.
Siempre dio la sensación de que el juego en Múnich viraba o marchaba hacia un rumbo según la voluntad de Francia. Una Alemania impetuosa no pudo más que mostrarse y tocar a la puerta de la muralla gala para intentar mendigar algunas ocasiones con las que poder soñar por el empate.
La realidad es que Lloris apenas sufrió. Francia metió la primera marcha pronto, tras unos minutos iniciales de mayor protagonismo germano. Pero pronto 'les bleus' tomaron el mando del encuentro para hacerse dueño y señor del mismo. Y no es para menos, porque el ataque tienen da bastante miedo a cualquier rival que se ponga delante.
Kanté cortó, Pogba organizó, Mbappé corrió... Es la Selección más completa del mundo y a día de hoy no tiene rival, al margen de que luego gane o no la Eurocopa. Tras una jugada hilvanada perfectamente en el minuto 20, un centro muy potente de Lucas Hernández provocó que Hummels tocara y se introdujera el balón en su propia portería.
Mazazo antes del ecuador del primer tiempo para Alemania, que reaccionó como lo hacen los grandes, con carácter y garra para echar a Francia atrás. Kroos cogió la manija del balón y a través de algunos buenos centros trató de llevar peligro al área de Lloris. Kimmich y Gosens hicieron daño por las bandas, pero faltaba un '9' arriba que fijara de verdad a los centrales. Müller hizo lo que pudo en ese lugar.
A Kimmich le jugó una mala pasada su carácter y, tras recibir una amarilla en el 7', pudo ver la segunda en el minuto 39, lo que hubiera supuesto dejar con uno menos a su Selección. El español Del Cerro Grande se la perdonó tras darle una fea patada -involuntaria, eso sí- a Lucas Hernández, que le robó previamente la pelota.
El 1-0 al descanso confirmó la buena línea de trabajo de Francia, que trabajaba al unísono como un acordeón y pronto, tras el paso por vestuarios, gozó de la mejor opción para el 2-0, con un disparo al palo de Rabiot. A la contra, Francia pudo matar cualquier esperanza de puntuar de Alemania, que también mostró una incapacidad ofensiva a tener en cuenta.
Francia creaba más ocasiones que Alemania. De hecho, Deschamps vio cómo le anulaban dos goles a los suyos, ambos por fuera de juego: el primero, a Mbappé tras encarar, recortar y encontrar el palo largo de Neuer con un disparo sensacional; y luego, Benzema culminó un gran centro del delantero del PSG, que estuvo omnipresente. ¿La conexión del futuro Real Madrid?
Hummels salvó un mano a mano de Mbappé y Francia, que estaba embotellada, seguía atacando a su antojo. Mientras, Alemania se chocaba una y otra vez ante su imposibilidad de crear buenas opciones de gol. Ni Sané, ni Havertz, ni Gnabry... Se la tendrá que jugar ante Portugal, que goleó a Hungría. Porque esta Francia batalladora está a otro nivel.