Pese a que Jeando Fuchs tomó la decisión, hace un mes, de dejar el Maccabi Haifa, club en el que se encuentra cedido hasta final de curso, para regresar al Alavés, su salida del conjunto israelí no es tan fácil como parece.
De hecho, el Alavés intentó cortar la cesión de Fuchs, al ser informado por el propio jugador de que apenas estaba contando minutos en la Liga Israelí, para volver a recuperar a su futbolista.
Pero, casi un mes después, la situación se encuentra en una encrucijada de la que el jugador no consigue salir. Y es que el principal problema es que el mediocentro defensivo de 22 años todavía no tiene la carta de libertad.
Otro de los grandes problemas pasa por las manos de Asier Garitano, entrenador que sigue sin contar con él como ya demostró en la pretemporada del pasado verano.
Y, tras todo esto, existe otro conflicto: la entidad vasca está estudiando denunciar el contrato y cortarlo de raíz por incumplimiento flagrante de un compromiso pactado entre los dos clubes y él mismo.
Por eso, hasta que los servicios jurídicos del Alavés no consigan romper su contrato y acabar con el compromiso presente con el Maccabi Haifa, el día a día de Fuchs no será otro que el de ver partidos pasar desde el banquillo.