Ya con 30 años en el bolsillo, Kruse ha protagonizado varios capítulos polémicos a lo largo de su trayectoria. En lo deportivo, el punta despegó en la 2011-12 con el St. Pauli y, desde entonces, siempre pasó los 10 goles en la Bundesliga con el Friburgo, 'Gladbach, y Werder (salvo hace dos temporadas, en el Wolfsburgo, al quedarse en 9). Esta campaña suma ocho e intentará superar el buen registro con el que terminó el pasado curso, 15.
No todos los países pueden presumir de un delantero con esos números en una liga como la Bundesliga, por lo que se ganó un hueco en la Selección Alemana. Cumplió con creces sobre el césped, anotando tres goles y dando cuatro asistencias en los ocho partidos en los que participó. Su debut llegó en mayo de 2013. El último encuentro, en noviembre del mismo año.
En 2016 volvió a ser llamado por Joachim Löw, que andaba probando varias alternativas para su ataque de cara a la Eurocopa 2016, pero Kruse no sería una de las opciones. Y es que el seleccionador expulsó al atacante de la concentración por actos de disciplina del jugador que le costaron multas de su club, por aquel entonces, el Wolfsburgo. El último, tras ser cazado en una discoteca e intentar borrar la imagen arrebatando el móvil a una periodista de 'Bild'.
Pero no fue el único capítulo extraño en la vida de Kruse. Al delantero le llegaron a advertir, ya en el Werder Bremen, sobre su adicción a la Nutella. Tenía que dejar de comer compulsivamente este producto, que en 2015-16 llegó a causarle sobrepeso. Durante ese mismo curso, el futbolista volvió a dar una 'alegría' (nótese la ironía) a su club, tras ser noticia por olvidar en un taxi los 75.000 euros que había ganado jugando al póker.
No todo en su trayectoria han sido escándalos. A final de la pasada temporada, fue considerado el jugador más en forma de todo el fútbol europeo. Kruse, genio y figura... ¿hasta la sepultura?