Un solo hombre se bastó y sobró para desarmar las defensas de Alianza Lima. Ese jugador fue Nico de la Cruz. El uruguayo apareció por todas las parcelas del campo para incordiar constantemente.
Además, fue clave en los tres goles con los que River ganó su partido de la cuarta jornada y consiguió la primera victoria del año en la competición. En el primero, fue el autor de la asistencia a Matías Suárez.
En el segundo, su empuje llevó a que los limeños tuvieran que conceder un córner en el que nació el gol. Incluso provocó un penalti que marró Pratto mandándolo a las nubes.
Parecía que iba a irse sin el premio del gol pero el dios del fútbol no iba a permitir eso. Con su zurda puso un balón con rosca que se coló por la escuadra del arco de Gallese. Magnífica forma de cerrar la noche.