Este Barça es un chollo y sus rivales lo saben. Ancelotti, que nunca había ganado en el Camp Nou, lo hizo sin sudar en el 'Clásico' y no hubo reacción 'culé' solo tres días después en Vallecas. El Rayo, que hacía 19 años que no derrotaba al Barcelona, lo logró ante su afición con el gol de Falcao, otro que se quitó una espinita personal ante el peor Barça de los últimos tiempos: nunca le había ganado hasta este miércoles.
No entraba en los planes de ningún 'culé' en su sano juicio otro tropiezo en Vallecas tras la aseada actuación ante el Real Madrid, pero con este equipo no hay pronósticos válidos. Vallecas fue el fortín que ha sido esta campaña y el Barça el equipo flojo y previsible de fuera de casa que no ha ganado en lo que va de curso. No hubo por parte de los azulgranas ni orgullo en un campo en el que había goleado varias veces en los últimos años.
El ímpetu rayista marcó el comienzo del encuentro ante una alarmante falta de ideas en el Barcelona. Apenas Nico, apuesta de Koeman tras varios partidos sin minutos, sacó la cabeza en un equipo abandonado a su suerte. Coutinho, tras los brotes verdes, volvió a esconderse, Memphis confirmó que no vive su mejor momento y el Kun aún está cogiendo la forma. Demasiados peros para un equipo tan frágil.
La presión adelantada de los de Iraola complicó al Barcelona durante todo el primer tiempo. No tuvieron ocasiones claras los vallecanos para asustar al equipo de Koeman, pero tampoco hace falta mucho para hacerle gol a su equipo. Bastó con que uno de los veteranos se despistase y el equipo local lo capitalizó en el 1-0. Busquets se durmió, robó Trejo y encontró a Falcao, quien le ganó el duelo de viejas glorias a Piqué para poner en ventaja al Rayo.
Sin reacción ni suerte
El Barça calcó por momentos la impotencia de otros partidos. Nico hizo de Gavi y fue el único soplo de aire fresco en un equipo sin ningún tipo de fe, como quedó claro en otro remate al limbo de Dest tan claro como el del 'Clásico' en el primer tiempo. Por suerte para los azulgranas, al menos el Rayo había dejado de asustar, aunque ni mucho menos se metió en su área a defender el resultado.
El Rayo tuvo fe y también una pizca de suerte ante un Barcelona al que no le salió nada. Nico confirmó su buen partido con una llegada que mereció el 1-1 ya tras el descanso, aunque luego sería premiado por Koeman con la sustitución. Una doble ocasión del Kun invitaba a pensar en que el empate iba a llegar pronto, sobre todo cuando Memphis se sacó un penalti de la manga a 20 minutos del final. El delantero fue incapaz de superar a un Dimitrievski que también atrapó el rechace y se convirtió en el héroe de los locales.
Los últimos minutos mostraron a un Rayo valiente, que generaba más acciones de peligro que un Barça impotente al que solo le quedó una vez más la épica y los balones a la olla. Mal asunto que esa táctica de pura emergencia se haya convertido en el día a día del equipo que más la ha denostado en los últimos tiempos.
En el añadido, Gavi tuvo el empate en sus botas como también lo tuvo un Luuk de Jong que hizo un remate indecente con Dimitrievski fuera de la portería. Ganó un Rayo valiente gracias al 'Tigre', pero da la sensación de que a este Barça le puede plantar cara hasta un gatito.