El confinamiento es una prueba de madurez emocional. El paso de los días va cambiando a la gente y su maner de combatir el aburrimiento, el miedo, la soledad. Quizá ello explique el brutal ejercicio de honestidad que hizo Gary Neville al hablar sobre su paso por el banquillo del Valencia.
En su propio podcast, 'Off Script', se confesó sin límites. "Yo no quería entrenar, sentía vergüenza. Mirando hacia atrás, lo último que necesitaba el Valencia era un entrenador sin experiencia y lo último que necesitaba yo era personal sin experiencia", comenzó diciendo.
¿Y por qué aceptó la oferta entonces? Él mismo lo explicó: "Decidí hacerlo por Peter Lim, porque había mostrado una gran fe en mí y quería pagárselo. Fue una decisión que tomé en dos días, influenciada por un poco de arrogancia y ego. Había estado en uno de los clubes más exitosos del mundo durante 20 años (Manchester United), pero rápidamente descubrí que, cuando no estás preparado y te enfrentas a algo para lo que no estás cualificado, entonces recibes una bofetada. Era un extraño en una ciudad que no me esperaba".
"Subestimé estar en una liga diferente de un país diferente. Nunca me ocupé de mi papel principal, que era tratar de ganar partidos de fútbol. Al principio, estaba claro que algunos jugadores no estaban contentos y yo debería haber tomado grandes decisiones sobre aquellos que no estaban comprometidos con el club en ese momento", prosiguió.
Acerca de su incapacidad para adaptarse al club, subrayó el asunto del idioma. "Me sentí avergonzado de utilizar un traductor, ya que me siento un buen comunicador. Los jugadores necesitan un mensaje coherente y creer en el proceso. No les di eso. Lo más importante que me enseñó el Valencia fue el ser clínico y decisivo en la toma de decisiones. Cuando miro a los líderes, yo quiero claridad, consistencia y acciones decisivas, y yo no era ninguna de esas cosas en Valencia, era débil", finiquitó de manera contundente.