Al más puro estilo hockey sobre hielo y con un césped prácticamente cubierto por la nieve, ambos conjuntos intentaron sobreponerse al clima en un partido que acabó 0-0.
Para muchos, fue una locura que se disputase el encuentro por las condiciones adversas. Pero, con balón naranja y las líneas con zurcos hechos sobre la nieve, el choque se jugó al completo.
La nieve dificultaba en exceso cualquier maniobra, si bien los jugadores lograron mantener el equilibrio más de lo que cabría esperar. Incluso alguno intentaba sacar partido de la situación, creando pequeños montones de nieve para sacar ventaja a la hora de poner el balón en juego.
A esta estampa tan navideña se le unió un ave un tanto caprichosa. Buscando algún lugar en el que descansar, esta decidió apoyarse en el larguero de una de las porterías. Y por mucho que el portero hiciera por que se fuese, el ave seguiría impasible en el travesaño.
Eso sí, aprendió pronto la lección, ya que un tiro al larguero le hizo reaccionar y cambió su ubicación al techo del banquillo. Un susto que terminó de convencer al animal para abandonar la meta.
Las gradas presentaban un lógico aspecto semidesierto, pero los aficionados que acudieron se hicieron notar. Y es que estos atacaron al juez de línea ¡con bolas de nieve!