Por JR Oldan
Después de perder en Chipre el primer partido clasificatorio para la Eurocopa de Bélgica y Países Bajos 2000, Javier Clemente y la Federación Española acordaron separar sus caminos. Era septiembre de 1998 y para entonces, tanto Luis Aragonés como José Antonio Camacho se encontraban sin contrato. Aragonés rechazó la oferta federativa por no poder contar con sus ayudantes. "Es muy difícil aceptar una propuesta cerrada. El corazón me decía una cosa y la cabeza, otra", dijo el técnico de Hortaleza tras tomarse un tiempo reflexivo.
Condiciones que la Federación varió luego para Camacho, quien abandonó el Real Madrid meses antes precisamente por problemas en el contrato de sus asistentes Carcelén y Lorenzana. Así, la terna liderada por Camacho fue elegida para dirigir la Selección Española, por delante de la tercera alternativa, un Serra Ferrer encargado del fútbol base del Barça.
Plácida remontada en la clasificación
Para final de mes, la España de Camacho se entrenó contra Rusia, partido amistoso en el estadio Los Cármenes al que fueron convocados jugadores sin bagaje internacional como el defensor Paco, Ito, Alkiza, Engonga o De Pedro, centrocampistas que rendían en equipos del segundo escalón. Sobre ello, el seleccionador aseguró que elegiría "a los futbolistas que mejor estén", sin fijarse en otras circunstancias. Tras los primeros cuatro partidos, habían debutado 14 futbolistas en su Selección. En la lista definitiva para la Eurocopa habría jugadores de 12 clubes, por lo que las convocatorias parecían recobrar la más pura meritocracia.
En el Grupo 6 de clasificación, los de Camacho ganaron todo. A priori, las rivales Israel, Austria, Chipre y San Marino no eran combinados de la categoría de los españoles, y los resultados así lo certificaron. Entre otras cifras, España hizo nueve goles a Austria y a San Marino, y solo encajó cinco en el global de los partidos.
Sobre la victoria contra la selección austríaca dirigida por Prohaska, la considerada de mayor nivel a enfrentar, el protagonista Josep Guardiola opinó que había sido un ejemplo de que la rapidez en la circulación de la pelota es la madre del buen fútbol. Estilo de juego exhibido sobre el que, en un artículo para 'El País', el periodista Santiago Segurola dijo que "desde la gloriosa era de Cruyff en el Barcelona no se había visto una sinfonía de fútbol comparable a la desplegada por España frente a Austria".
Un año después del estreno, el 8-0 contra Chipre cerró el pase de manera anticipada. Aquella noche el equipo hizo gala del juego ofensivo apreciado durante toda la clasificatoria, con Julen Guerrero e Isma Urzaiz firmando sendos 'hat trick'. "Siempre he salido a ganar, no voy a cambiar ahora", ironizaba el técnico sobre su propuesta.
May 7, 2021
Sistema 4-4-2, defensa zonal y salida a ras de hierba
Para finales de la década de los 90, la mayoría de equipos prescindía de la marcación combinada y, sistemáticamente, usaba el sistema zonal, con la práctica del fuera de juego como herramienta defensiva. La Selección Española aplicaba estos conceptos.
Camacho armó un dibujo 4-4-2, algo que había adelantado a la prensa en sus primera declaraciones como seleccionador. Sobre ese esquema, el murciano planteaba ejercer presión intensiva a mitad de campo, iniciada por el segundo delantero y los medios ofensivos. "Todos deben presionar al rival, cada uno desde su zona y preferentemente en campo contrario, señal inequívoca de que el equipo lleva la iniciativa", analizó el periodista Cayetano Ros en 1999.
En fase de posesión, el balón pretendía salir jugado desde el fondo, prioritariamente por el carril central. Una vez en poder del volante organizador, la circulación era más rápida y directa, con pases raseados a la caída del segundo punta o, según el rival, en dirección hacia cualquiera de los centrocampistas de banda que estuviese desatendido.
En su columna de 'El País', el entrenador Víctor Muñoz examinó la sala de máquinas de España de la siguiente manera: "Camacho impone una gran disciplina a los dos pivotes y da más libertad a las bandas. Los dos mediocentros no pierden la posición, dominan los tiempos en defensa y ataque, y contemporizan en un momento determinado o dan rapidez en otro".
Recuperado de una lesión que le impidió asistir a la Copa del Mundo, como eje del centro del campo, Guardiola fue esencial tanto para el juego del Barça de Van Gaal, subcampeón de Liga esa campaña, como en la propuesta de Camacho. A sus 29 años, Pep era el mediocentro más posicional de la dupla, encargado de la construcción del juego.
Detrás de él, de los participantes en Francia 1998, el seleccionador descartó pronto a Alkorta y Nadal y no contó con Campo, muy criticado en el Mundial y prescindible para Del Bosque en el Madrid campeón de Europa 99/00. A sus 34 años, Nadal seguía titular en el Mallorca, club al que llegó una temporada atrás para relevar a Marcelino, quien se marchó a la Premier. Pese a jugar poco en el Newcastle a causa de problemas musculares y de vestuario, el central asturiano fue usado en varias ocasiones por Camacho, quedando fuera después del 9-0 infligido a San Marino en junio del 99.
En su lugar, el seleccionador confió en el experimentado Paco Jémez como central corrector y otorgó galones a Fernando Hierro, a quien no dudó en retrasar a la zaga, tras un dilatado periodo como volante en la Selección. Paco fue pieza clave en la solidez defensiva del Zaragoza dirigido por Rojo, cuarto clasificado en Liga y tercer equipo menos goleado. La del conjunto maño fue una plantilla de la que Camacho nunca consideró para su grupo a otros veteranos importantes como Aguado, Aragón, Garitano o Juanele.
En cuanto a Hierro, desde su posición como central era la opción prioritaria para iniciar los ataques, en aprovechamiento de la conexión en corto con un Guardiola que se ofrecía insistentemente, de su buena conducción en el caso de que los mediocentros estuviesen marcados o de su excelente desplazamiento en largo como plan de ataque ante rivales que ejercían una presión adelantada. El malagueño pasó un curso afectado por las lesiones que le impidieron ser titular en la final de la Liga de Campeones ganada 3-0 al Valencia. Pese a ello, inició la Eurocopa en la alineación, pero solo aguanto los dos primeros partidos, siendo sustituido en la decisiva cita contra Yugoslavia por Abelardo, importante ese curso en el Barça.
Una selección renovada, pero con experiencia
Camacho cambió muchos integrantes del equipo que cayese en la fase de grupos de la Copa del Mundo. Pero lejos de rejuvenecer la Selección, la media de edad rondaba los 28 años y, de entre los convocados, solo Gerard, Velasco y Raúl González tenían menos de veinticinco. "No me fijo en la edad a la hora de mi elección", aseveró el técnico.
Además de Hierro y los porteros Cañizares y Molina, a la Eurocopa solo acudieron los mundialistas Abelardo, Sergi, Aranzabal, Etxeberría, Alfonso y un Raúl de 23 años llamado a ser el principal referente ofensivo del equipo, desde su posición de segundo delantero. Con 29 goles, fue máximo artillero del inestable Madrid que finalizó quinto en Liga, pese a coronarse en Europa. Raúl lo jugó e intentó todo con la Selección, pero no tuvo su mejor torneo, anotando un gol y siendo señalado finalmente por su fallo en el penalti contra Francia.
Se trataba de una Selección renovada en la que se quedaron fuera integrantes previos como Zubizarreta, Aguilera, Celades, Amor, Pizzi o Kiko. La ausencia del delantero gaditano, junto a otras opciones atléticas como Aguilera, Santi o Baraja, se entiende desde el mal año rojiblanco, con un Atleti descendido. Pero a juzgar por el uso en la clasificatoria y por el rendimiento en clubes y Selección, las tres faltas más destacadas en la convocatoria fueron Luis Enrique, debido a una lesión, Guerrero y Morientes, descartados al final.
Ese curso, Morientes compartió titularidad en el ataque madridista con Raúl, pero sus 19 tantos fueron insuficientes para convencer a Camacho, quien priorizaba la corpulencia Urzáiz, autor de ocho goles en la clasificatoria. "Arriba tengo a Urzáiz, Raúl, Alfonso, Munitis y Etxeberría si es preciso", dijo el seleccionador para justificar la llamada de un defensor como Salgado, ausente desde noviembre del 99, en lugar del Moro.
En lo referente a la elección de Gerard sobre Guerrero, a sus 21 años el de Granollers estrenaba convocatoria oficial tras haber destacado en el Valencia dirigido por Héctor Cúper, tercero en Liga y finalistas de Champions League, donde sumó ocho goles en una labor de centrocampista ofensivo que favorecía a sus características. "Nos viene muy bien porque es polivalente, puede jugar tanto de mediocentro como de mediapunta; además, posee una gran llegada", explicó Camacho sobre su inclusión en la lista.
Fútbol con ritmo y amplitud
Gerard solo saltó al campo en el partido definitivo, los cuartos de final contra Francia. Pero dado el rol otorgado a la segunda vacante de mediocentro, en el equipo de Camacho esta posición tenía la virtud de aceptar varios perfiles.
Con mayor rango de acción que su acompañante, el segundo pivote titular era Valerón, quien ejercía de nexo entre la salida ejecutada por Guardiola y las recepciones de Raúl en sus caídas a la zona de medias puntas. Tanto para ofrecerse en la construcción del juego como para acudir frontalmente al apoyo en el siguiente escalón, Valerón ofrecía su depurada técnica.
En una entrevista concedida a Diego Torres, el del Atleti afirmó que "en la Selección mi juego tiene más cabida que con Ranieri. En el Atlético al centrocampista se le exige más fortaleza para defender, en cambio aquí me dan más libertad". Con el técnico italiano, Baraja mandó al banquillo a Valerón en el conjunto colchonero, pero para Camacho sería imprescindible desde que debutase en el empate a dos contra Italia jugado en noviembre del 98.
Durante la Eurocopa, el ritmo constante y la conexión a menudo directa entre Guardiola y Raúl mostraron que el canario pasaba la mayor parte de los partidos sin recibir el balón y superado por el ir y venir de un juego poco controlado. Debido a ello, el polifacético Iván Helguera acabó por arrebatarle el sitio como volante, en aprovechamiento de unas cualidades mucho más móviles y relacionadas con lo físico.
En relación a los costados, Camacho usaba laterales de largo recorrido, ya que sus centrocampistas de banda solían cerrarse para reforzar el dominio interior y favorecer la sorpresa por las bandas. En el lateral izquierdo, Aranzabal empezó como titular la Eurocopa por delante de Sergi, que había perdido peso en el Barça y a quien adelantó en octubre del 98, aprovechando una lesión del azulgrana. En la derecha, el recuperado Míchel Salgado fue indiscutible, con Velasco, jugador del Celta, como suplente. Todos eran futbolistas de corte ofensivo, un tipo de lateral "moderno" asentado desde los años noventa.
En un artículo titulado 'Sin la pelota, toros; con ella, toreros', sobre el engranaje defensa-ataque observado durante la fase de clasificación, Julio César Iglesias aseguró que "con la llegada de Camacho, la Selección ha sufrido varios cambios radicales: tiene un sistema propio, se ha convertido en un equipo reconocible y ha logrado compaginar la intensidad defensiva con la calidad ofensiva"
Una ataque complementario
En la España de Camacho, esa calidad ofensiva citada por Iglesias fue siempre notable. Empezó con De Pedro, Lardín o Luis Enrique en las bandas, quienes no llegaron al europeo al ser reemplazados por compañeros no menos determinantes.
Para la izquierda, como centrocampista de ataque el seleccionador contó con el zurdo del Dépor Fran, uno de los mediapuntas españoles más talentosos de los noventa, desconsiderado durante la etapa de Clemente en la Selección. A sus 31 años, el gallego ya no era indiscutible en su club y en la Eurocopa ofreció menos de lo esperado. Con poca influencia en el juego, Fran fue suplente en la segunda cita y relevado en cuartos por Munitis, cuyo acceso frente a Yugoslavia resultó fundamental para la clasificación.
El rendimiento del eléctrico Munitis en el europeo precipitó su traspaso del Racing al Madrid a cinco días de las elecciones blancas; fichaje ejecutado por la Junta Gestora para sorpresa de los candidatos a la presidencia Lorenzo Sanz y Florentino Pérez. Pero si Munitis fue importante en el devenir de la competición, en el otro costado Mendieta se convirtió en el mejor futbolista español del torneo. Algo que podía preverse, a juzgar por su temporada.
Dado el carácter atacante que le hizo marcar 12 goles con el Athletic y cinco en la clasificatoria para la Selección, Etxeberría llegaba a la Eurocopa como titular en la banda derecha. Pero Mendieta había liderado un ultracompetitivo Valencia, donde además marcó 19 goles. Desde su ingreso en el partido contra Noruega que abrió la competición para los españoles, el centrocampista de 25 años aportó calidad y energía en todas las facetas del juego de los de Camacho, volviéndose indiscutible en las alineaciones.
En cuanto a la delantera, la complementariedad era exigencia. Sobre la pareja de delanteros, Víctor Muñoz analizó: "Los atacantes no jugarán a la misma altura. Uno lo hace de primera punta (...) es el punto de referencia, desgasta, abre espacios y está obligado a llegar al remate en todas las jugadas de banda (...) El segundo punta tiene más recorrido, desequilibra y posee llegada (...)".
Pese a que la primera opción considerada fue Morientes, Urzáiz se estableció como acompañante de Raúl de manera definitiva. El punta venía de hacer cinco goles en la competición doméstica, donde no fue insustituible en el Athletic de Fernández. Las funciones que le eran asignadas en la Selección podían recogerse en: fijar a los centrales para que Raúl dispusiese de mayor rango de acción, recibir y bajar pases largos desde la bota derecha de Hierro, rematar los centros laterales. Acabó la Euro sin ver portería. La derrota contra Noruega hizo que el ariete pasase al banquillo contra Eslovenia. Su puesto lo ocupó Alfonso, delantero con más técnica y movilidad.
Con el cambio de delantero, el plan de juego se matizaba. El madrileño venía de hacer diez goles en Liga para un Betis descendido y acabó por ser decisivo en la Eurocopa con el gol contra Yugoslavia que dio el pase a cuartos de final. El buen hacer en el torneo de Alfonso supondría su inmediato fichaje por el Barça.
Un estreno inesperado
Encuadrada en el Grupo C, el sorteo deparó como rivales a Noruega, la Eslovenia dirigida por Katanec y la Yugoslavia de Boskov. El 13 de junio, en el estadio De Kuip de Róterdam, España empezó el torneo contra los escandinavos, quienes habían liderado su grupo clasificatorio por delante de la propia Eslovenia y de Grecia, ausente en la Eurocopa.
Como se esperaba, Camacho alineó un equipo para llevar la iniciativa, toda vez que Semb pretendió replegarse y contragolpear, encontrando al espigado Flo y a Solkjaer con rapidez, dos delanteros letales. Un chut de Etxeberría rozó el larguero en el minuto 5, y un remate de cabeza de Solskjaer impactó en el mismo para el 19', pero de la portería española.
En España, el juego por las bandas no fluyó, insistiéndose en la vía Guardiola-Raúl por el centro. Aun así, fue un cabezazo de Urzaiz a centro de Salgado el que estuvo a punto de abrir el marcador a la media hora de juego, pero Myhre lo detuvo. Antes del descanso, Raúl dispuso de otra oportunidad clara, que cruzó en exceso.
En el minuto 65, un envío largo se convirtió en el 1-0 para Noruega, cuando Iversen se adelantó a la mala salida de Molina en la frontal del área. Un Molina que hasta el momento se había mostrado seguro, sobre todo en balones aéreos. El fallo le costaría el puesto.
En la rueda de prensa posterior al partido, Camacho se quejó del árbitro y admitió decir a sus jugadores que les "tocó la tarde desafortunada y punto. (...) No se preocupen, porque llegaremos lejos jugando de la forma en que lo hemos hecho. Hemos tocado mucho la pelota, buscando espacios, pero nos ha faltado fortuna. A no ser por el gol que nos han metido, se hubiera dicho que hemos completado un partidazo".
Cambio en la portería y primera victoria
Con la tarea de encontrar un heredero fiable para el eterno Zubizarreta, Camacho probó distintos porteros durante la clasificación. En la convocatoria para la Eurocopa, el joven Iker Casillas entró por Toni a última hora, quedándose fuera asimismo otros como Juanmi, César o Prats, llamados en alguna ocasión. Cañizares fue quien más jugó con Camacho, pero Molina empezaría la Eurocopa como titular. El error provocó que el guardameta del Valencia jugase el resto del campeonato.
Con la derrota del estreno y el empate a tres entre Eslovenia y Yugoslavia, el partido contra los eslovenos se volvió decisivo para los de Camacho. La cita fue en el Amsterdam Arena, nuevamente en los Países Bajos, cinco días después de la anterior.
Además de a Cañizares, el técnico agitó el once con la entrada de Abelardo por Paco Jémez, Mendieta por Fran y Alfonso por Urzaiz. Trataba de dar una marcha más al equipo, y lo consiguió.
España se adelantó a los tres minutos de juego, con el oportunismo de Raúl para remachar un tiro lejano de Salgado. Desde la izquierda, Mendieta se mostró el más activo, trazando desmarques de ruptura verticales o de aclarado interiores para las subidas de Aranzabal. Las características de Alfonso y Mendieta se hicieron notar, ofreciéndole otro ritmo a las transiciones del equipo.
La Selección Española era mejor, pero el empate llegó entrada la segunda mitad, tras un fallo de Abelardo al trazar el fuera de juego aprovechado por Osterc y Zahovic. Era el minuto 57 cuando el remate en semifallo de un centro lateral batió a Cañizares. Afortunadamente para España, un minuto después Etxeberría hizo el 2-1. Con una incursión entre el lateral y el central de su zona, pudo para aprovechar la jugada individual desde fuera hacia dentro de Mendieta en el perfil opuesto.
Clasificación a la heroica
En un grupo donde todas puntuaban, el empate entre Yugoslavia y Noruega exigía una victoria a la Selección Española en el partido del 21 de junio. Por vez primera, España cambió de sede. Los asistentes disfrutarían quizá del mejor espectáculo de juego, voluntad y emociones del torneo, en el 3-4 vivido en el estadio Jan Breydel de Bélgica. "No te das cuenta muy bien de todo lo que acaba de suceder", afirmó exhausto Paco, tras el duelo.
Yugoslavia era una selección muy técnica, con futbolistas del talento de Mihajlovic, Djukic, Drulovic o Mijatovic, pero a la vez bastante veterana. Pese a ello, Boskov planteó una presión intensiva en la mitad de campo española, al menos al inicio. "Yugoslavia ha salido a presionar arriba", afirmó Míchel desde su posición de comentarista. Pero el cansancio se les notó pronto.
Por España, Camacho volvió a presentar cuatro cambios con respecto al partido anterior. Sergi entró en el lateral izquierdo y Paco lo hizo por Hierro, según el seleccionador, resentido el central levemente del muslo derecho. Delante de ellos, Helguera tomó el puesto de Valerón, pero se situó a la izquierda de Guardiola para compensar la carencia física de Fran, quien recuperó la titularidad. Etxeberría los sustituiría en la primera parte a causa de un choque que le rajó la frente.
Mijatovic y Milosevic empezaron presionando hasta al portero, algo poco habitual en la época, a pesar de que los equipos de Boskov siempre fueron intensos. Alfonso y Raúl fallaron dos buenas ocasiones en el primer cuarto de hora. La pérdida del balón de Salgado en una de sus incursiones en la mitad de campo rival fue aprovechada por Yugoslavia para armar un contraataque por el carril izquierdo, aprovechando el hueco del lateral ausente. Drulovic percutió la banda, centró a la cabeza de Milosevic, quien hizo su cuarto gol en el torneo.
Antes del descanso, España empató gracias a Alfonso, que voleó con la zurda un rechace a tiro de Raúl. El delantero madridista tuvo uno ocasión clara en el 40', que salvó Kralj, y no llegó a rematar un centro de Mendieta poco después.
Impulsada por la buena presión de Helguera en el centro del campo, la Selección Española se hizo dueña de la primera mitad. Etxeberría estuvo cerca de adelantarlos antes del pitido del árbitro, pero su disparo se fue al lateral de la red.
En la reanudación, Munitis entró por Salgado, mermado físicamente, lo que provocó que Mendieta pasase al lateral derecho, su tercera posición ocupada en el partido. Por Yugoslavia, el acceso de Govedarica por Jugovic pretendió "anular la elaboración de juego de Guardiola", en palabras de Míchel.
Los de Boskov hicieron el 2-1 en el 51', cuando Drulovic, ya en la derecha, superó a Sergi y asistió a Govedarica, quien batió a Cañizares por el centro de la portería. Como en el anterior partido, España marcó al siguiente minuto de juego. Munitis recibió en la frontal y la puso en la escuadra.
Yugoslavia volvió a adelantarse, esta vez merced a Kolmjenovic. Expulsaron a Jokanovic. Corría el minuto 89 y Míchel se lamentaba: "en el mejor partido, como casi siempre, nos tenemos que volver a casa". Pero Abelardo provocó un penalti que transformó Mendieta. El empate no servía a España.
El ingreso previo de Urzaiz permitió que un envío largo al área de Guardiola lo aprovechase Alfonso. "Necesitábamos llegar arriba con velocidad", argumentaría Camacho. El balón bajado por el vasco lo remató Alfonso, de volea zurda, para hacer el 3-4 definitivo en el minuto 95.
"De no haber sido por Camacho, seguramente no nos habríamos clasificado. Nos ha puesto las pilas. Sabe mucho sobre el comportamiento de los jugadores (...) encuentra siempre las palabras justas. Nos hace vibrar porque a cada uno sabe sacarle el máximo provecho", aseguró Guardiola de su entrenador.
España era primera de grupo y Yugoslavia se clasificó gracias al empate entre noruegos y eslovacos en el estadio Gelredome.
A casa en cuartos
Francia llegó a la Eurocopa como campeona del mundo. En el grupo D, finalizó segunda tras los Países Bajos dirigidos por Rijkaard, que aprovecharon su condición de locales. España nunca había ganado a 'Les Bleus' en partido oficial y seguiría sin hacerlo. La cita fue el 25 de junio, en el estadio Jan Breydel.
Por Francia, Lemerre formó un 4-2-3-1, con Deschamps y Vieira en la contención, Zidane como epicentro del juego, Djorkaeff como falso delantero centro, Henry y Dugarry desde los costados, con la función de desbordar o asaltar el área vaciada por Youri.
En España, Aranzabal volvió al once y Munitis fue titular gracias a su actuación previa, toda vez que Mendieta partió desde la derecha. Con Helguera pendiente de Zidane, los de Camacho trataron de dominar a partir de las botas de Guardiola. Fue un partido igualado.
Al cuarto de hora, Dugarry falló un remate de cabeza. Cinco minutos después, fue Raúl quien no aprovechó un pase profundo de Alfonso, desbaratada la ocasión por Barthez.
El 1-0 llegó a la media hora de juego. Zidane mandó al ángulo una falta cometida por el lateral izquierdo español en las inmediaciones del área, ante la inútil estirada de Cañizares. Comandada por Blanc y Desailly, la zaga gala tiraba el fuera de juego muy adelantado, y los delanteros españoles cayeron a menudo en la trampa.
Como él mismo admitió años después, Thuram sufrió para frenar a Munitis aquel día, quien le sacó un penalti que, ejecutado por Mendieta, supuso el empate en el 36'. Antes del descanso, una asistencia de Vieira fue materializada por Djorkaeff con un potente chut al palo corto de Cañizares que significó el definitivo 2-1.
Urgido por el resultado, el ímpetu español se incrementó en la segunda mitad. Los de Camacho tuvieron la oportunidad de empatar en el minuto 89, pero el inocente penalti de Barthez sobre Abelardo lo desaprovechó Raúl, que lo envió alto.
"La jugada siguiente al penalti también hemos podido marcar, pero la pelota no ha entrado. Nos ha faltado suerte", dijo Camacho.
¿Fracaso español?
"Cuando uno sale y juega como se ha hecho hoy no es un fracaso. (...) Ha habido momentos en que nos hemos metido demasiado hacia el centro, sobre todo en acciones de Mendieta y Alfonso, un error que posibilitó que Francia robara la pelota en zonas peligrosas y tirara el contragolpe. Había demasiada gente en la divisoria. Después, sin embargo, se ha corregido, se ha abierto el campo. Nos han ganado con lo otro, tirando una falta que no sé si era; metiendo córners y entrando con todo; puede que con un par de rechaces discutibles y cosas así. Es lo que diferencia a un campeón, a un equipo con mucho oficio de otro. El rival, en cualquier caso, no ha hecho más méritos que nosotros para ganar el partido". Hemos hecho todo lo que hemos podido. Nos ha eliminado el campeón del mundo", sentenció el seleccionador español en rueda de prensa.
Francia ganó la Eurocopa. Venció en la final a la Italia de Zoff. Camacho dirigió a España hasta el Mundial de Corea y Japón 2002, donde fue eliminada en cuartos de final.