La tarea no era sencilla para Arias. Debía reemplazar al capitán que levantó las dos únicas Copas América en la historia de la Selección Chilena y uno de los pesos pesados del vestuario.
El relevo, además, no se dio de manera natural. La ausencia de la 'Roja' del Mundial de Rusia fue una bomba de relojería que tuvo varias consecuencias.
La más notoria fue el quiebre definitivo entre Bravo y buena parte de la plantilla después de unos comentarios de la familia del arquero en la que dejaba a algunos jugadores como juerguistas.
Rueda, que acababa de llegar a la 'Roja', trató de ejercer como mediador en un comienzo, pero finalmente se vio obligado a elegir un bando y escogió el de Arturo Vidal, Gary Medel y compañía.
Bravo no quiso ir a la primera convocatoria del colombiano y después, por lesiones y otros temas, nunca más fue considerado por el técnico. Su elegido era Arias, de 31 años, con una trayectoria por equipos de la Primera y Segunda División de Argentina.
Jugó la mayoría de los amistosos con Chile de la etapa de Rueda y se ganó el rol de guardameta titular, con la Copa América de Brasil como la primera prueba de fuego.
Y a la hora de la verdad los nervios y la presión le han pasado factura. En ningún momento ha logrado transmitir la seguridad que debe reflejar un arquero y ha demostrado que aún debe mejorar mucho el juego con los pies.
Ha hecho pocas atajadas de mérito y ha destacado mucho más por las pifias. La última y la más sonada fue este miércoles en la derrota frente a Perú en la semifinal, en la que la 'Roja' cayó por 0-3.
El balance global en la Copa América es de cinco goles encajados en la misma cantidad de partidos, siete atajadas, cinco balones atrapados y tres despejes con los puños.
Después del triunfo ante Colombia en los cuartos de final, Arias reconoció que le habían afectado las críticas que recibió a través de las redes sociales por su desempeño en la primera fase.
Rueda y los futbolistas salieron a apoyarlo públicamente, pero el fantasma de Claudio Bravo revolotea de nuevo por la selección chilena.
La decisión está en manos de Rueda. Debe decidir si a medio plazo, para la próxima Copa América y las eliminatorias mundialistas, sigue confiando en Arias, facilita el retorno de Bravo o le da una oportunidad a un nuevo guardameta.