El Villarreal es el equipo que mejor juego está desplegando desde la vuelta del fútbol. Desplegó todo su potencial en el Benito Villamarín ante un Betis que está en depresión y caída libre.
Fue Gerard Moreno el principal artífice de una victoria amarilla que sirve para confirmar las sensaciones. El Villarreal está en la cresta de la ola y el delantero, a nivel de Selección.
Dominó de principio a fin el cuadro de Calleja. Volvió a aprovechar el conjunto amarillo los huecos que deja la defensa del Betis, a pesar de estar con tres centrales y dos laterales ofensivos.
Marró de nuevo Bartra, al que se le ha hecho larga la temporada con el parón. El central agarró a Bacca en el área y Gerard Moreno, desde los once metros, puso la primera piedra para construir la victoria.
El Betis pudo igualar el encuentro. De hecho marcó, pero Gil Manzano decretó un fuera de juego posicional que impidió que el tanto de Zambo Anguissa, en propia, subiese al marcador.
Con la mala racha de resultados y la crispación en el Betis, fue el Villarreal el que aprovechó el momento para, con otra contra, demostrar que Gerard Moreno está a otro nivel con un recorte a Sidnei y disparo a las mallas de la portería de Joel.
El partido acabó justo antes del descanso con la autoexpulsión de Fekir en poco más de un minuto. Primero, con una amarilla por protestar. La segunda, por una entrada a Raúl Albiol. De camino se llevó por delante la pantalla del VAR.
La segunda parte fue un puro trámite para el Villarreal. Le permitió a Calleja reservar a Gerard Moreno, apercibido, para el encuentro ante el Barcelona y rotar. Estuvo incluso más cerca el 0-3 que el 1-2 en el Benito Villamarín.