"Viví muchísimos momentos de infelicidad. A veces las presiones o el estar lejos también te genera infelicidad. En México jugaba, pero no era feliz. La obligación de lograr objetivos deportivos y económicos te lleva a una presión que tienes que aguantarte", confesó el defensa en unas declaraciones a 'El Tiempo'.
El jugador dejó claro que el problema no era económico: "Nosotros lastimamos nuestro cuerpo para poder desarrollar una actividad profesional. Eso genera un montón de desgaste físico y mental. Tiene un premio, que es económico: en poco tiempo, se gana bien...".
En la Liga Mexicana acumuló 131 partidos, por lo que tiene una amplia experiencia y conocimiento del campeonato. A pesar de que llegó a ser clave en Pumas en el curso 2015-16 con 44 encuentros, no llegó a sentirse del todo bien.
Desde entonces, fue a menos, pero afronta una nueva etapa en Tigres, donde ya fue de gran importancia en el segundo tramo de la última temporada. El zaguero buscará la felicidad que no encontró en México.