Apuntaba a partidazo, pero acabó siendo uno más del montón. Muy entretenido, eso sí, pero no ya sin goles (que hubo, dos, uno de ellos sensacional), sino sin ocasiones de manifiesto peligro.
Empezó muy fuerte el Getafe-Celta, hasta tal punto que en el 17' ya iba 1-1. Si había levantado expectación, por la necesidad de ganar de los azulones y la resurrección de los celestes de la mano de Coudet, ese arranque no hizo sino alimentarla.
Pero ahí quedó. Sí, Getafe y Celta disputaron un partido vibrante, a un ritmo endiablado. Los dos practicaron un fútbol directo, no muy vistoso, pero sí muy entretenido. No había tiempo de aburrirse, ni de descansar.
Sin embargo, las defensas fueron muy superiores a los atacantes, y eso nos privó de que hubiera siquiera ocasiones de peligro manifiesto.
Como hemos dicho, el partido empezó de matrícula de honor. Siete minutos tardó Damián Suárez en romper el 0-0 inicial, y lo hizo marcando uno de los golazos no ya de la jornada, sino quizá de la temporada.
Colgó el Getafe una falta al área, y el esférico salió rebotado hacia la frontal, escorado a la derecha. Ahí lo recogió Damián, quien encaró a Denis Suárez y le superó con un sutil caño.
Sin más oposición inmediata, se animó a pegarle, y vaya cómo le pegó. Pelotazo a la escuadra, inalcanzable para un Rubén Blanco que no volvió a ser exigido en todo el partido.
La respuesta del Celta no tardó demasiado. Diez minutos más tarde el propio Damián cometía un inocente penalti a Lucas Olaza y Iago Aspas se encargó de convertirlo.
Fue también la última vez en la que Rubén Yáñez, de nuevo titular por delante de David Soria, era exigido. Un Rubén que amenazó con pedir el cambio por unas molestias musculares, cambio que finalmente no se produjo ni al descanso.
Los minutos pasaron volando, en un partido que se estaba jugando a chispazos, a arreones. Ninguno de los dos contemporizaba en exceso con la pelota, y el ritmo solo era cortado por las faltas y las fueras.
El segundo tiempo siguió este guión, pero poco a poco el Celta fue imponiéndose sobre el verde del Coliseum. Generaban más sensación de peligro los gallegos, pero sin llegar a hacer sufrir al Getafe.
De hecho, lo peor para los azulones fueron las amonestaciones. Las vieron Nyom, Damián y Cabaco, y los tres estaban apercibidos, por lo que se perderán el encuentro en el Metropolitano de la semana que viene.
La recta final volvió a enloquecer, pero nadie logró pesar en el río revuelto, y Getafe y Celta sumaron un punto que ambos acabaron dando por bueno.