Después del 1-1 de la ida, Tigres llegaba a Monterrey con el cartel de favorito ante el cuadro de Palermo. Con el Universitario a reventar, los locales tenían todo a favor para acabar certificando su pase a semifinales.
Y lo hicieron, pero con muchísimo sufrimiento. Tras una primera parte casi soporífera, fue en la segunda cuando acabaron llegando los goles... y la tensión. Ninguno quería arriesgar demasiado... y acabaron pagándolo.
Inició el partido con Tigres mandando en la posesión, pero casi sin ocasiones. Unas oportunidades que sí encontró Pachuca en los primeros 45 minutos, pero que Guzmán malograba cada vez que los 'Tuzos' pisaban su territorio.
Tras el paso por los vestuarios, ambos conjuntos dispusieron de más opciones. Sobre todo Gignac, que tuvo un par para adelantar a los suyos y dejar casi sentenciada la eliminatoria. Sorprendentemente, no fue así.
Sosa era el que más peligro llevaba por parte de los visitantes, pero se encontraba una y otra vez ante un estelar Guzmán que no pudo hacer nada para evitar el primer tanto del partido.
En el minuto 81 y a la salida de un córner, Sagal, con un giro de tobillo rapidísimo, logró rematar un centro envenedado para colocar el 0-1 en el marcador. Y el Universitario, en suspense ante la posible debacle.
Pero el suspense es la zona de confort de Gignac, su escenario favorito. Apenas tardó tres minutos en devolver la igualada al electrónico y meter a Tigres -con el global empatado- entre los cuatro mejores de México.
Una vez más, el de casi siempre. Ferretti, con un planteamiento demasiado defensivo, vio cómo el francés le sacó las castañas del fuego cuando peor parecía estar. Tigres estará en las semifinales de esta Liguilla.