Fue uno de los fichajes más sonados del pasado verano y su rendimiento hasta ahora ha dejado mucho que desear. Golovin no ha estado a la altura, pero ahora empieza a coger confianza.
Sus dos últimos encuentros son una muestra de lo que dio en el Mundial. En su país enamoró a los grandes de Europa y el Mónaco acabó ganando la puja.
A cambio de 30 millones de euros, el mediocampista aterrizó en el Principado procedente del CSKA de Moscú. Su llegada causó mucha ilusión y mucho revuelo.
Su rendimiento ha sido apático, aunque el equipo no le ha acompañado. Su primer gol en la Ligue 1 lo logró hace una semana, en el partido ante el Toulouse.
Lo celebró con rabia. Se quitó un peso de encima. Con Cesc Fábregas y Gelson Martins como escuderos, Golovin puede empezar mostrar su verdadero nivel.