Las gomas de borrar de la infancia de más de un lector seguro que eran marca Milan. Esta vez, el Milan fue lo borrado por una goma celeste, de buen olor y mejor tacto de marca Lazio. El equipo de Mauricio Sarri goleó a un rival flojo, mediocre, apático y con jugadores que están muy lejos del nivel de un aspirante a algo en la Serie A.
No es nueva la pájara que suele rondar al cuadro 'rossonero' en ciertas fases del campeonato. Pero, esta vez, parece algo más que eso. El equipo de Pioli está lejos de poder discutirle nada al Nápoles y, de hecho, ya ve al líder a 12 puntos. Pero no es solo eso. El cuadro lombardo está lejos de estar al nivel del segundo clasificado de una liga como esta.
Tras dos empates seguidos y el meneo del Inter en la Supercoppa, no a todos les sorprendió el naufragio en el Olímpico de Roma. La Lazio se dio un baño de alegría gracias al gran momento de los Milinkovic-Savic, Felipe Anderson, Zaccagni y Luis Alberto, los goleadores, así como de Pedro y todo el equipo. El orden defensivo en lo poco que intentó el Milan fue perfecto y hubo magia por un tubo del centro del campo en adelante.
Sin embargo, el equipo visitante fue todo lo contrario. Lentitud, desatino, errores y mucho juego plano. Brahim no apareció, Giroud parece necesitar una buena cura de sueño y Leao, lo poco que hizo, lo hizo mal. Lento, patoso y apático, estuvo horroroso en dos internadas en el área que pudieron cambiar lo que ya a los cinco minutos empezaba a volcarse para el lado celeste.
Zaccagni puso un centro desde la izquierda que admitió una dejada de caño, un rematador que no llegó y un segundo que sí. Milinkovic-Savic, de primeras, batió con un zurdazo a raso a Tatarusanu, otro integrante de los del saco de mediocridad que sigue arrastrando el Milan de su pasado más reciente y poco digno. Kalulu fue otro de los que dejaron mucho que desear en todo el encuentro, más aún tras la lesión de Tomori.
Intentó reaccionar el Milan., pero apenas inquietó a Provedel con un zurdazo de Tonali. Tenía el balón, pero no las ideas. De su camiseta, ni rastro del rojo pasión. Ahora, del negro de luto, todo el que el lector quiera.
Sí quiso divertirse una Lazio que avisó en el 30' por medio de Zaccagni, que se sacó una volea que salvó la defensa. Volvió a rondar con peligro el área del Milan en el 36', cuando Felipe Anderson, por centímetros, no llegó al pase de la muerte de un Pedro que aceleró, sin que nadie pudiera pararlo, hasta la línea de fondo.
El 2-0 llegó en el 38'. Y eso que la cosa partía en el área contraria. Rafael Leao dejó esa imagen apática e inofensiva en una llegada al área sin colmillo alguno. Tras pensar más de lo debido y con menos ganas de las necesarias, buscó el pase de la muerte, pero no encontró rematador.
El castigo fue inmediato. Zaccagni puso el 2-0 en el Olímpico de Roma gracias, en parte, a un Tatarusanu que pudo hacer más en el remate de Marusic. La bola acabó en el palo y Zaccagni, con la caña, remachó casi en línea de gol. Tonali también fue señalado por su pasividad en la llegada de Marusic a zona de disparo. En resumen, un desastre.
La Lazio mereció más, quiso más y tuvo más
Antes del descanso, la Lazio, lejos de conformarse, rozó el tercero, pero el Milan se libró por dos veces. En el segundo tiempo, parecía que salían los 'rossoneri' con otra cara bien distinta, pero no llegó ni a espejismo. Bennacer, de falta desde la frontal, se quedó a centímetros de reventar la escuadra. Ya en el 62', Leao no remató por centímetros en el área chica un centro de De Ketelaere, que entró jugó a los también belgas Origi y Saelemaekers. Y ahí se acabó la rebelión.
En el 65', la lentitud y la torpeza de Kalulu resolverían la noche por la vía rápida y acabarían con cualquier atisbo de emoción final. El central quiso despejar en el área, pero Pedro fue mucho más rápido, llegó antes al balón y el central le dio una patada fortísima que acabó en penalti. Luis Alberto lo transformó para seguir ahondando en la herida.
El partido se convirtió en un "Papá, cinco minutos más" de la Lazio y un "No, salte ya de las bolas que hay que irse a casa" del Milan. Uno quiso jugar y reír. El otro ni quería ni sabía divertirse. En ese guion, la Lazio puso el broche en el 75' con el 4-0. Luis Alberto encontró en el área con un gran pase filtrado a Felipe Anderson, quien, con toda la tranquilidad del mundo, batió a Tatarusanu con un remate blandito a la derecha.
El Milan, que solo sacó algo de orgullo en algunas llegadas de Rebic ya en la recta final, se queda muy tocado con este resultado y ya ve al Nápoles a 12 puntos, mientras que, por detrás, la Lazio se le coloca a solo un punto en la tercera plaza. Inter y Roma, también con 37, y Atalanta, con 35, completan la zona europea.