Fin al sueño español en el Mundial Femenino de Francia. Las chicas de Jorge Vilda aguantaron cada asalto estadounidense con clase y calidad, con fortaleza y garra, pero dos penas máximas pusieron fin a las ilusiones de 'la Roja'.
Eso sí, no pudo Estados Unidos acabar con la historia, con la nueva página en el libro de los Mundiales Femeninos que ahora ocupa España, tras superar con clase la fase de grupos y meterse por primera vez en los octavos de final, en su segunda cita internacional, marcando la diferencia con una calidad suprema en tan solo cuatro años, tras un Mundial de Canadá 2015 en el que ni siquiera se pudo celebrar una victoria.
Hitos aparte, la Selección Española soprendió a todos en este Mundial, llegando como una de las internacionales a seguir, avanzando hasta conseguir el papel de favorita, logrando convertirse en una de las selecciones más queridas y admiradas.
Pero Estados Unidos es mucha Estados Unidos, más si solo cinco minutos después del pitido inicial la húngara Kulcsar Katalin señala la pena máxima a favor de las chicas de Jill Ellis, tras una entrada en territorio español de Mapi León sobre Tobin Heath.
Desde los once metros, a la capitana Megan Rapinoe no le falló el pulso para poner a la campeona del mundo por encima en el marcador, engañando a Sandra Paños en su disparo, enviando el esférico hacia el lado izquierdo de la portería española, mareando a la guardameta azulgrana, que se tiró justo al lado contrario.
Pero a la Selección Española todavía le quedaba mucho por demostrar sobre el césped del Stade Auguste-Delaune de Reims, calidad que hizo presente apenas cuatro minutos después del tanto inicial estadounidense, tras una mala salida de Sauerbrunn que pudo aprovechar Lucía García, robándole la cartera, asistiendo precisa a Jennifer Hermoso, provocando el desconcierto rival, devolviendo la igualdad al marcador con un auténtico golazo.
La goleadora del Atlético de Madrid, auntora de un doblete en el debut ante Sudáfrica, pisó el esférico, levantó la cabeza, vio a Naeher adelantada y no se lo pensó dos veces. Con calma, se sacó de la manga un perfecto lanzamiento que se coló con efecto dentro de la escuadra derecha de la meta norteamericana, provocando la euforia española.
Con la igualdad de vuelta al marcador, le volvió a tocar el turno a la todopoderosa EE.UU, con Rapinoe, Alex Morgan y compañía tornándose en pesadilla rival, buscando sin descanso la portería de Sandra Paños, obligando a España a emplearse al máximo en la zaga, respondiendo a la perfección el conjunto de Vilda con una agresividad y potencia nunca vista hasta el momento en territorio galo.
Los once metros acaban con el sueño español
Correcta España en la zaga en la segunda mitad, saliendo a la contra en cada robo de balón, aguantó las llegadas estadounidenses hasta el minuto 70, cuando Kulcsar Katalin volvió a señalar penalti a favor de Estados Unidos, una polémica pena máxima muy protestada por las internacionales españolas que tuvo que revisar el VAR, una pena máxima que finalmente terminó convirtiéndose en el segundo tanto de Estados Unidos, decisivo en el resultado final del partido.
Virginia Torrecilla rozó con la planta de su bota la parte baja de la rodilla de Lavelle, que sintió el contacto y terminó cayendo sobre el césped varios metros después, suficiente para que la colegiada húngara volviera a señalar un penalti que, de nuevo, Rapinoe se encargó de subir al marcador, lanzándolo justo hacia el mismo lado que en la primera mitad, calcando su lanzamiento.
Con el definitivo 1-2 en el luminoso francés, el cronómetro se fue apagando suavemente, al igual que las ilusiones españolas, una digna rival para la gran Estados Unidos en las eliminatorias, una referente ya del fútbol internacional femenino.
Se despidió con lágrimas en los ojos la Selección Española del Mundial Femenino de Francia, pero con la cabeza muy alta, después de un encuentro en el que consiguió plantarle cara nada más y nada menos que a la campeona mundial, después de una Copa del Mundo histórica para las chicas de Jorge Vilda. Gracias, España.