"He decidido quedarme. Quiero demostrar a todo el mundo que no me he equivocado y que confío en este club y estos compañeros. Recibí un mensaje sobre el proyecto y los refuerzos y, la verdad, increíble. Están haciendo todo lo posible para que siga creciendo y tener más posibilidades aún de estar en final de la Champions. Y en casa...", argumentó Antoine Griezmann en el ya antológico documental 'La Decisión' para dar calabazas al FC Barcelona.
El discurso del francés en la superproducción audiovisual estuvo acompañada de la llegada de Thomas Lemar como el fichaje más caro de la historia del club -hata la fecha- y una faraónica renovación que le colocaba en la mesa salarial de los Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar Jr y cía.
Si bien es cierto que los 23 millones de euros anuales que firmó estaban lejos del 'Top 3' mencionado, el sueldo de Antoine Griezmann refrendaba la apuesta del Atlético de Madrid en el año en el que la Champions League se definía en el Wanda Metropolitano. Un ejercicio de músculo económico para advertir a Europa.
Sin embargo, la renovación del francés tenía una gotera. La cláusula de rescisión, que el verano pasado era de 100 millones de euros, pasó a 200 y daba la sensación de que el club se había blindado ante nuevos cantos de sirena, a los que exigiría -al menos- un esfuerzo como el realizado por Neymar.
Nada más lejos de la realidad, merced al paso de los meses y el regreso de los rumores de salida, salió a la luz que el Atlético de Madrid había accedido a que la cláusula de 200 'kilos' con la que pretendía protegerse de nuevas propuestas bajaba a 120 a partir del 1 de julio.
El pánico cundió en el Wanda Metropolitano al final de temporada y el club instó a Antoine Griezmann a aclarar su futuro públicamente el pasado 14 de mayo: "Después de hablar con el Cholo, Miguel Ángel y la gente de los despachos, quería hablar con vosotros, la afición que siempre me ha dado mucho cariño, para deciros que he tomado la decisión de irme, ver otras cosas y tener otros desafíos".
Aunque no desveló su destino en el vídeo, el anuncio de su marcha este verano giró rápidamente el foco hacia el Camp Nou, donde intentaban en vano permanecer ajenos a las especulaciones. El FC Barcelona permanecía impasible en silencio, mientras Gil Marín y Cerezo amenazaban con denunciar por negociar a espaldas del club.
La tensión fue in crescendo conforme se desencadenaban los acontecimientos. Josep María Bartomeu salió a dar la cara por la dimisión de Jordi Mestre como vicepresidente y deslizó que había iniciado los primeros contactos para tantear la posibilidad de incorporar a Antoine Griezmann.
El discurso del presidente del FC Barcelona encendió al Atlético de Madrid, que tardó pocos minutos en replicarle con una vehemencia inusitada: "El Fútbol Club Barcelona y Griezmann nos han faltado el respeto, habían alcanzado un acuerdo el pasado mes de marzo, en concreto en los días posteriores al partido de vuelta de nuestra eliminatoria de Champions League contra la Juventus".
Este viernes, los abogados del francés depositaron los 120 millones de euros de la cláusula de rescisión en la sede de LaLiga y el FC Barcelona anunció a bombo y platillo su nueva incorporación. Un movimiento que confirmó el Atlético de Madrid con un comunicado en el que reclamó los 200 bajo la amenaza de iniciar procedimientos legales.
"El Atlético de Madrid considera que la cantidad depositada es insuficiente para hacer frente a su cláusula de rescisión, puesto que es obvio que el compromiso del jugador y del Fútbol Club Barcelona se cerró antes de que la citada cláusula se redujera de 200 a 120 millones de euros", argumentó el club rojiblanco.
Sin entrar a dirimir el desacuerdo y a expensas de que se resuelva pacíficamente o en los juzgados, otra lectura menos agresiva que se podría hacer es que Antoine Griezmann le 'regaló' su último año al Atlético de Madrid. Si en junio de 2018 rechazó irse por 100 millones y en julio de 2019 deja 120 en las arcas rojiblancas, la diferencia es prácticamente su salario de este curso.
Todo ello es relativo, pues los 23 millones que recibió Antoine Griezmann se debe al sueldo neto, aproximadamente la mitad de lo que se gastó, en bruto, el Atlético de Madrid. Todo ello para intentar conseguir el sueño en casa de levantar la 'Orejona' con todo el Wanda Metropolitano lleno.