El Atlético cayó en casa ante el Liverpool por 2-3. Los dos goles de Griezmann fueron insuficientes como para llevarse los tres puntos de la última jornada de la Champions League.
Y más allá de ese mal sabor de boca que se llevó Griezmann por la derrota, sobre su conciencia pesa la expulsión que dejó a los rojiblancos con uno menos.
En 'El Chiringuito', Álex Silvestre afirmó haber hablado con el entorno del atacante galo. "Me dicen que Griezmann llegó al vestuario y rompió a llorar. Sentía rabia, impotencia... Era su noche soñada y se sentía culpable de la derrota del Atlético. El jugador cree que su expulsión fue mala suerte", apuntó.
"Le estaba saliendo todo perfecto. Tenía tantas ganas de reivindicarse, de volverse a encontrar con la hinchada, y hasta el minuto 52 lo estaba consiguiendo...", prosiguió.
De ahí que, cuando el colegiado le mostró la roja, Griezmann se viniera abajo. Tras el partido, las cámaras de este programa en cuestión le captaron marchándose en el coche, pero esta vez no conducía él como suele ser habitual. La que llevaba el coche era su esposa, Erika Choperena.