El primer jugador que atendió a los medios de comunicación fue el defensor Simone Grippo, quien declaró que "la Segunda División es muy fuerte y competitiva", y que acaba de fichar por "el Real Zaragoza porque es uno de los favoritos" en esta categoría.
Por todo lo anterior, apuntó que "su papel no es nada fácil", que llega a una entidad que ha caído en su intento de volver a la máxima categoría de fútbol español durante los últimos 4 años.
El centro suizo señaló que es una persona trabajadora, y que por ello "se va a dejar la piel en cada partido", tal y como hizo cuando estuvo en las filas del Vaduz, donde ha permanecido desde la temporada 2013-14.
Por último, confesó que "conoce toda la historia" de su nuevo club, y que "es una lástima no haber podido jugar al lado de un jugador tan admirable como Cani", tan sólo un día después de la retirada oficial de este símbolo zaragocista.
Después fue el turno de preguntas para Alain Oyarzun, el otro nuevo fichaje blanquillo, quien admitió que "tuvo un año complicado" por la grave lesión de rodilla que lo separó de los terrenos de juego durante casi toda la anterior campaña, pero que "espera aprovechar la gran oportunidad "que el conjunto de la capital aragonesa ha dado, disfrutando de todos durante la próxima temporada.
Asimismo, manifestó que se siente muy bien, ya que no hay ningún otro tipo de molestia desde la operación, y que en consecuencia, espera mostrar todas las habilidades. Además, el futbolista vasco destacó que, si logran superar los objetivos mes a mes, se acaba el metiendo en los puestos de playoff, algo muy importante para un club tan conocido en España.
Finalmente, el canterano 'txuri-urdin' explicó a la pocas horas de oficializarse su incorporación a la escuadra maña, recibió una llamada de su nuevo entrenador, Natxo González, para desearle suerte y decirle que esperaba mucho de él.