El choque se inmiscuía en los minutos finales con el empate en el marcador y con la tanda de penaltis en el horizonte. Justo cuando iba a entrar Foden en el campo, las áreas técnicas comenzaron a echar fuego.
Y es que Guardiola y Klopp se recriminaron una acción anterior mientras el canterano 'citizen' esperaba a De Bruyne para ser cambiado. Justo cuando más saltaban las chispas apareció Henderson para tensar aún más los nervios.
El capitán del Liverpool, que había sido sustituido minutos antes, se levantó del banquillo y se incorporó hacia donde estaba Guardiola para hablar con el técnico del Manchester City, que no le hizo caso.
Las aguas volvieron a su cauce al final del partido. Tras el pitido del árbitro, Guardiola y Klopp se abrazaron y bromearon unos instantes antes de dirigirse a sus jugadores para empezar la tanda de penaltis.