Parecía que unos problemas crónicos de espalda le retirarían del escaparate. Progresivamente, y sobre todo gracias a su salto al City, Gündogan recuperó la sonrisa. En Cardiff recordó, por si alguno había perdido la fe, todas las cualidades que atesora como centrocampista total. De sus botas nació un huracán que arrasó al Cardiff City.
Todo se explica a través del alemán de origen turco. Se comió el centro del campo rival. Fue empujando al Cardiff hasta sus propios dominios. Horadó todo hueco entre líneas y se divirtió de lo lindo dentro del área contraria. Todo lo que salió de su imaginación llevó serio peligro.
El primero de la tarde, que se resistió más de la cuenta, llevó la firma de Agüero y la asistencia de Bernardo Silva, aunque la genialidad partió de Gündogan. Y también fue el mediocentro quien arrancó la acción con la que Sané, también muy activo, encontró la cabeza de Bernardo Silva. El lisboeta cabeceó casi por cabecear y encontró una vaselina perfecta.
Faltaba lo mejor
A medida que el reloj avanzaba, Gündogan se iba haciendo más imperial. Y a uno para el descanso dejó una de las mejores jugadas en lo que va de Premier League.
Robó Sterling y entre los dos alemanes cocinaron el ataque a fuego lento. De pronto una pared y un tiro delicado de Gúndogan que limpió la escuadra izquierda de Etheridge. Un señor gol de un señor futbolista.
Al creador de Guardiola casi le arrancan la pierna derecha poco después con una plancha peligrosa. Pero ni aun así frenaron sus ganas. Es más, dio a Mahrez, recién entrado en el terreno de juego, la posibilidad de hacer el 0-4 a placer.
Redondeó así una tormenta perfecta y, minutos después, se marchó al banquillo ante la tremenda ovación de la afición local.
El City despachó un partido con la facilidad que se esperaba y recuperó a un capitán general que podría auparle a su gran sueño de Champions si mantiene este nivel durante todo el año.
Y es que Gündogan lo eclipsó todo. El notable y eléctrico encuentro de Sané y hasta el doblete de Mahrez, quien precisamente le había sustituido y que apenas necesitó 22 minutos para hacer un doblete. A un minuto para el final, selló la goleada robando en el área rival y cruzando su tiro al otro palo.