El conjunto serbio es, sin ninguna duda, uno de los nombres históricos de la antigua Copa de Europa. El equipo de Belgrado vivió bajo esa denominación del torneo sus mejores actuaciones en la máxima competición continental.
Su mejor momento fue, claro está, la conquista del título contra todo pronóstico en 1991, gracias a su triunfo en los penaltis sobre el Olympique de Marsella en la mítica final de Bari.
Al año siguiente, volvieron a pisar la competición como campeones vigentes, pero a partir de ahí comenzó una sequía que dura hasta el día de hoy.
La Copa de Europa de 1991-92 fue la última vez que el conjunto serbio (por entonces yugoslavo) se codeó con los grandes del continente. Desde la edición de 1992-93, en la que se cambió el nombre a la competición y paso a denominarse Liga de Campeones, el mítico club de Belgrado no ha alcanzado nunca la fase final de la misma.
Ha estado en numerosas previas, quedando al borde de la clasificación muchas veces, pero siempre ha fracasado. Ahora, 26 años después, el Estrella Roja espera volver por sus fueros y, paso a paso, regresar al gran escaparate del fútbol mundial.