El Bayer Leverkusen-Borussia Dortmund ya olía en la previa a casi todo menos a un 0-0. La Bundesliga suele regalar partidos llenos de ocasiones, goles y vaivenes en el marcador, y así volvió a ser en uno de los dos grandes partidos de la jornada en Alemania.
Florian Wirtz tardó nueve minutos en hacer dos cosas. Una, firmar el gol que adelantaba a los locales. Y otra, darle la razón a los que vienen avisando de que, a sus 18 años, es un talento a tener muy en cuenta. Con la puntera, resolvió en el área tras una mala salida de los visitantes.
Pero en el terreno del gol, de la locura y de lo atractivo, el rey es Haaland. El noruego apareció en la recta final del primer tiempo para hacer espabilar a los suyos. Puso el 1-1 con un cabezazo medido e incluso asistió dos minutos después a Bellingham, aunque ese segundo tanto fue anulado tras la intervención del VAR poco después.
Parecía reaccionar el Borussia Dortmund. Pero solo lo parecía. Porque justo antes del descanso, Schick, uno de los mejores jugadores de la pasada Eurocopa, volvía a poner por delante al Bayer Leverkusen. Un mazazo psicológico del que supo reponerse el Borussia en la segunda mitad.
Brandt, a los cuatro minutos de la reanudación, aprovechó una asistencia de Haaland para fusilar a Hradecky y poner, de nuevo, la 'X'. Pero la dinámica seguía empeñada en repetirse y los locales volvieron a ponerse por delante una vez más.
Fue Moussa Diaby el encargado de colocar el 3-2 en el 55' para un Bayer Leverkusen que, al igual que su rival, puede presumir más de ataque que de defensa. Por mucha diferencia. El delantero de 22 años superó a Kobel con un potente disparo desde fuera del área en la que sería la última alegría para el BayArena.
En el minuto 71, Guerreiro firmó el mejor gol en un partido en el que la competencia fue de cantidad y de calidad. El lateral clavó en la escuadra una falta al borde del área para dar alas a un Borussia que terminaría de levantar el vuelo en el minuto 77.
Reus provocó un penalti un tanto inocente de Kossounou. Cuando la bola ya se iba por línea de fondo, soltó el codo y el VAR le 'cazó'. Penalti y todos los focos sobre un Haaland que no fallaría. Aunque Hradecky le intuyó la intención, el noruego transformó la pena máxima y firmó un triunfo de locura para el Borussia Dortmund.