Ha sido el duelo dentro del duelo. El que mantuvieron, en cinco minutos, Manuel Neuer y Erling Haaland. La juventud contra la experiencia. La veteranía contra el ímpetu del que quiere comerse el mundo. El resultado, al menos entre ellos, empate.
Haaland dio el primer golpe, con su gol en el 55', para empatar a dos la Supercopa de Alemania. Se aprovechó de la flojera defensiva que atravesaba el Bayern para recibir un pase genial que le dejó solo, mano a mano, con Neuer.
Encaró al curtido portero germano, y le batió con un buen tiro, colocado, a media altura, pegado al poste. Neuer no pudo hacer demasiado para detener el buen disparo de su rival.
September 30, 2020
Y parecía que la historia se repetiría, en el 61'. Porque de nuevo el ariete noruego se quedó solo ante Neuer. Mismos protagonistas, prácticamente la misma posición en el campo de todos los actores. Y el desenlace... bien distinto.
Porque en esta ocasión Manuel Neuer firmó un paradón espectacular, apoteósico. Haaland le pegó incluso mejor que antes, más duro, pero el portero alemán metió una mano prodigiosa, que evitó la debacle bávara. Y sin duda propició su resurrección.