Se presentaba como uno de los partidos más igualados de estos octavos de final y las expectativas se cumplieron. No hubo goles, sí mucha guerra, y emoción desde el primero al último minuto.
El Inter, sin Icardi, sufrió como tónica general para llegar al área alemana. En los primeros compases reinó la igualdad, pero todo pudo cambiar a raíz de un penalti en el 22' a favor del cuadro italiano. Brozovic falló ante Trapp, el marcador no cambió y el partido siguió enmarañado.
Un gol pudo haberlo cambiado todo, pero la tónica en ambos bandos fue de no arriesgar demasiado, aunque fue el Eintracht, que jugaba en casa, el que tuvo más iniciativa.
En la segunda mitad se animó mucho el partido. El Eintracht aumentó su presión arriba y las ocasiones locales comenzaron a sucederse, pero este jueves fue el día de Handanovic y el guardameta del Inter no dio oportunidad a los alemanes.
Primero salvó un remate de Da Costa en el área pequeña y luego un disparo potentísimo de media distancia de Hinteregger. Paradas de mérito en los últimos 25 minutos que aderezó con una intervención espectacular ante un disparo de Jovic en el 87'.
El Inter, aunque también tuvo ocasiones, no fueron tan claras, por lo que pudo acabar dando las gracias por el resultado. Todo se decidirá en la vuelta, que se disputará el 14 de marzo en el GIuseppe Meazza.