Solo un error en la salida del balón pudo romper la igualada en un partido en el que el miedo se apoderó de los dos conjuntos, que prefieron guardar la manta antes que lanzarse a por la victoria.
Pero si hay alguien qué hacer en esta competición ese es Cristiano Ronaldo. El hombre Champions, el máximo goleador de la historia del torneo y el jugador en el que se fijan todas las miradas.
Únicamente apareció una vez, pero fue suficiente para clasificar a su equipo a los octavos de final. Aprovechó un error de Rulli en la salida del balón, con pérdida de Capoue, para picarla por encima del argentino y sentenciar al Villarreal a una final en Bérgamo.
Hasta entonces, ni Cristiano ni nadie del United apareció en La Cerámica. Totalmente desaparecido y apático el cuadro 'red devil', esta vez vestido de azul, en el primer día después de Solskjaer.
Los cambios en el once de Carrick no sentaron bien al equipo británico. Dominó con el balón el Villarreal e hizo de David de Gea el mejor de un Manchester United que supo esperar su momento.
Sin un '9' claro, Emery puso a Danjouma en punta, pero el neerlandés aparece más y mejor cuando está en banda. Si De Gea fue imperial en la portería, no lo fue menos un Lindelöf que se convirtió en capitán general en el área.
Apretó el Villarreal hasta el minuto 60, cuando de repente se desinfló cual globo. El ritmo decayó por completo, De Gea no tuvo que volver a aparecer y el United aprovechó su momento.
Fue el error de Rulli y el gol de Cristiano el que decantó la balanza, pero no el que terminó de decidir el partido. Eso fue el latigazo de un Sancho que se quitó de encima todas las críticas con un balón que fue a la escuadra.
El miedo de Emery pasó factura finalmente a un Villarreal que se jugará la vida en Bérgamo. Respira el United, que tras el adiós de Solskjaer se ha logrado clasificar para los octavos de final de la Champions.