La Selección Alemana estaba cayendo ante todo pronóstico contra Hungría, la Selección, a priori, más débil del temible Grupo F. El equipo de Marco Rossi creyó en sí mismo desde el principio, y consecuencia de ello llegó al minuto 66 venciendo por 0-1.
Sin embargo, todo esto pareció cambiar en ese preciso instante. Tras una falta colgada al corazón del área, y un error de bulto del guardameta Gulácsi, Kai Havertz aprovechó el cabezazo de su compañero Matts Hummels para poner las tablas en el electrónico.
Esta diana parecía estabilizar las aguas en el combinado de Joachim Löw, pero nada más lejos de la realidad.
Apenas dos minutos después, otro grave error, en este caso de Manuel Neuer, que no midió bien en su salida, fue aprovechado por Schafer para poner de cabeza el 1-2.