Es uno de los momentos más esperados por los aficionados durante una presentación, una petición más que rutinaria que cobra según qué peso en función del futbolista.
En este caso no había dudas, el primer día de Eden Hazard vestido de blanco traería colas y mucha emoción al Santiago Bernabéu, prácticamente hasta la bandera.
El belga saltó al césped con varios minutos de retraso, pero nadie quiso moverse de las gradas del coliseo blanco. Los aficionados esperaban con mucha ilusión este momento y no querían decepcionar a su nuevo ídolo.
Los cánticos y los gritos de admiración fueron protagonistas desde el minuto uno, un fervor que llegó a su punto álgido cuando Hazard optó por besar el escudo de su nuevo club.
No hubo ni un solo aficionado que no reaccionase al detalle del ex del Chelsea, quien a sabiendas de su importancia no quiso dejarlo pasar.
El nuevo 'galáctico' del Real Madrid entró por la puerta grande de la que será su nueva casa y el Santiago Bernabéu le regaló una bienvenida a la altura de las expectativas.