El final de temporada de Eden Hazard en el Chelsea ha sido espectacular. Él dijo que se quería despedir con un trofeo y ahora los 'blues' pueden guardar una Europa League más en sus vitrinas.
Con 28 años, el mayor de los tres hermanos futbolista aterrizará en Valdebebas en el que posiblemente sea el mejor momento de su carrera, igual que llegó a Stamford Bridge tras su mejor año en el Lille.
Desde que se consumó su traspaso al conjunto londinense, el belga sumó en esta temporada 2018-19 su segundo mejor curso en cuanto a cifras se refiere, solo por detrás de aquella última temporada en Francia.
Al igual que un mago no llega nunca ni pronto ni tarde, sino exactamente cuando se lo propone, el aterrizaje de Hazard parece haberse producido en un momento idóneo para forjar su propia historia.
Porque ya no se trata de hablar solo de su buen año numérico. Es que las condiciones en las que se ha visto envuelto el Real Madrid también han creado un caldo de cultivo perfecto para su explosión.
Sí, es el fichaje más caro de la historia del Real Madrid y, sí, tiene 28 años. Pero lo que hay que tener en cuenta también es que el club blanco a día de hoy lo que demanda es un líder con galones dentro del campo.
Y eso es, precisamente, lo que Hazard ha llevado a cabo en el Chelsea durante la pasada campaña. Vistiendo de azul, Eden ha participado de forma directa en 38 goles, de los cuales 31 han sido en la Premier.
Es decir, su promedio en la Liga Inglesa es de generar casi un gol por partido (0,83, para ser exactos). Su posición en el campo y su buen golpeo le permiten producir ocasiones como churros.
Quién sabe si, con su llegada un año antes, todo hubiera sido distinto. Eso es una quimera del pasado, lo que se puede ver en el presente es que Hazard es, a priori, la pieza que le faltaba al Madrid.