Según trasladan desde fuentes policiales, pese a que fue el más grave de los muchos policías heridos en la trifulca con los ultras del Spartak de Moscú, su vida no corre peligro, puesto que fue atendido a tiempo.
Eso sí, el miembro de la Ertzaintza entró en parada cardiorrespiratoria a causa de múltiples golpes que recibió cuando intentaba cargar contra el grupo de radicales aficionados rusos.
En el último informe policial, la cifra de detenidos se quedó en cinco, si bien las imágenes dejaron claro que la batalla campal que se organizó podría haber derivado en secuelas muy graves.