Entre Cartagena y Castellón hay algo más de 350 kilómetros de distancia. Pese a compartir costa, ambas ciudades se encuentran en los dos extremos de sus respectivas comunidades autónomas. No obstante, cuando llega el fútbol, todas estas diferencias y distancias se reducen drásticamente.
Y es que para cualquier aficionado al fútbol resulta difícil no ver similitudes entre ambas instituciones. La primera y más evidente, los colores. Las rayas negras y blancas son la tónica dominante de ambas camisetas, una combinación no demasiado común en el fútbol español.
Si continuamos indagando, veremos también que los estadios de Castalia y Cartagonova, más allá de comenzar con la misma letra, mantienen una estructura arquitectónica casi idéntica, basadas ambas en el ya derruido Mini Estadi.
Además, casualidad o no, ambos recintos se construyeron en un lapso de poco más de medio año: el 17 de junio de 1987 Castalia y el 7 de febrero de 1988 el Cartagonova.
Más allá de todo esto, si de verdad comparten algo es un fin común: lograr la permanencia en Segunda División. Ambos subieron el curso pasado a la categoría de plata y el encuentro de este domingo resultará clave en sus aspiraciones por seguir disfrutando un curso más.